Actualmente, hay muy pocos compradores de zanahorias holandesas. "Y es que Senegal cerró sus fronteras el 5 de diciembre, por lo que enviamos las últimas zanahorias a este mercado hace dos semanas. En la primera mitad de la temporada, Senegal es un mercado bastante importante para nosotros. Sin embargo, cada año el país africano cierra sus fronteras un poco antes", dice Paul van der Linde (en la foto), responsable de las compras y ventas de zanahorias de la empresa procesadora holandesa Van der Linde.
"Normalmente, el mercado europeo toma el relevo, pero este año la demanda es limitada y los precios son muy bajos. Las heladas aún no han llegado a ninguna parte, por lo que el cultivo de zanahoria sigue prosperando. Sin embargo, es lo que necesitaríamos, porque solo una fuerte helada puede salvar el mercado de la zanahoria holandesa en este momento", continúa Paul. "Además, los rendimientos son muy buenos. En los últimos años, los descartes eran mucho mayores. Esta temporada, disponemos de volúmenes sustanciales. Y es que los palots con 700 kilos no son excepción este año".
Por tanto, las perspectivas para el sector de la zanahoria parecen muy desafiantes. "Se pagan 5 céntimos por las zanahorias de buena calidad, mientras que hemos comprado grandes cantidades por contrato a 9/10 céntimos el kilo", dice el procesador de zanahorias. ¿Qué es lo que podría salvar el mercado? "Una fuerte helada podría reanimar el mercado. Pero eso tendría que suceder ahora o dentro de una semana. Si empieza a helar a mediados de enero, todas las cámaras frigoríficas ya estarán llenas de nuevo", concluye Paul.
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Paul van der Linde
Van der Linde
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