Hans-Christoph Behr lleva más de 30 años trabajando en el sector de las frutas y hortalizas como experto y asesor. Actualmente y desde hace mucho tiempo trabaja en Agrarmarkt Informations-Gesellschaft mbH (AMI). Entre otras cosas, Behr habla con nosotros sobre las consecuencias del actual aumento de costes para el sector, el desarrollo de la producción en los invernaderos de Alemania y otras tendencias que observa.
Hortalizas de invernadero en Alemania
En vista de la crisis climática y de otras circunstancias relacionadas con el tiempo y el clima, la necesidad de cultivos protegidos es cada vez mayor en Alemania. Según Behr, son mayormente las hortalizas las que se siguen cultivando en invernaderos. "Las hortalizas son sobre todo pepinos, tomates y pimientos. Sin duda, todavía hay mucho margen de mejora en ese ámbito. Pero no cabe duda de que hay mucho interés por parte de los retailers de alimentación en comprar productos locales de invernadero, porque solo hay pequeños volúmenes".
En cuanto a los precios de los tomates, también hay una mayor diferencia de precios entre el producto local y la oferta del extranjero, porque actualmente se paga más por el producto de Alemania. Sin embargo, ese no es el caso de los pepinos y los pimientos, señala. "Las cifras de ventas seguirán aumentando, sin duda, pero no tanto como para desplazar a las importaciones. Por eso no hemos visto un descenso de las importaciones, porque las cuotas de los invernaderos siguen siendo relativamente bajas. En el caso de los pimientos, la proporción producida en Alemania se sitúa en torno al 3-4%, llegando a un máximo del 6-7%. Son, pues, tasas de crecimiento enormes, pero todavía bajas en comparación con el resto".
Aunque la cuota de los invernaderos no superará a la de los cultivos al aire libre en el sector de las hortalizas, ya está surgiendo una mayor tendencia hacia el cultivo en invernaderos en el caso de productos como los frutos rojos. "Sobre todo en productos como las frambuesas o las fresas, veo sin duda un mayor potencial, lo que se debe, en parte, a que es difícil cosechar esos productos sin protección contra la lluvia, especialmente durante las lluvias de verano. Si una fresa, una frambuesa o una mora se mojan, hay dificultades en cuanto a su vida útil. Por ello, los productores se decantan por el cultivo protegido. En lo que respecta a las frambuesas, una mayor cantidad procede ya de los túneles. En el caso de las fresas, la cifra supera el 20%. Pero en el caso de las lechugas o la coliflor, no veo que se produzca ningún cultivo protegido. Es demasiado fácil conseguir los productos en Bretaña o España".
Consecuencias del aumento de los costes
Según Behr, el aumento de los fletes, el combustible, la energía y otros costes no se refleja todavía en el sector hortofrutícola. "Si observamos, por ejemplo, el primer trimestre de 2022, teniendo en cuenta sobre todo los precios para el consumidor, vemos que la fruta no se ha encarecido necesariamente, sino que en algunos casos es incluso más barata que el año anterior. Es cierto que se aprecian aumentos de costes, pero se trata de consecuencias a largo plazo que aún no afectan a la temporada actual", afirma Behr.
La disponibilidad, no el coste, es el factor decisivo
Por ejemplo, las manzanas que se vendieron recientemente se financiaron con los costes de cuidado de los árboles, protección de las plantas y cosecha, es decir, con los salarios y costes del año anterior. "Sin duda, los salarios ya deberían haber aumentado, pero no de forma desmesurada. En última instancia, también es cuestión de la cantidad de producto disponible. Al fin y al cabo, la cosecha de manzanas europea de este año ha sido abundante, sobre todo en Polonia. Como resultado, podemos ver que el mercado de la manzana está actualmente bajo mucha presión. Por lo tanto, a largo plazo no basta con señalar el aumento de los costes, sino sobre todo prestar atención a las cantidades disponibles", comenta Behr.
No hay nuevos mercados de venta significativos
Behr no ve actualmente ninguna "revolución" en los mercados de venta de frutas y hortalizas. "Ciertamente, el comercio online de frutas y hortalizas presenta unas tasas de crecimiento relativas elevadas en general", comparte. Pero la cuota de mercado de la venta online de frutas y hortalizas frescas es todavía pequeña, agrega. "Si alguien pide que le traigan toda su compra, seguro que hay algún producto fresco entre ella. Pero hay que distinguir entre los servicios de entrega completa, como el servicio de entrega de Rewe o Picnic, y los auténticos servicios de entrega con entrega inmediata de artículos. Los primeros simplemente están estructurados de forma diferente y siguen ciertas rutas que tienen más sentido para ellos desde el punto de vista logístico".
Rentabilidad de los proveedores de servicios en línea
Por ejemplo, empresas como Getir, Gorillas y Picnic tienen mucho dinero a mano, pero no necesariamente en negro. "A largo plazo, eso no puede funcionar, sobre todo si se tienen en cuenta los costes de la mano de obra. Esos modelos pueden funcionar muy bien en países con salarios extremadamente bajos, pero si cada lote debe entregarse individualmente al cliente, el modelo económico simplemente no funciona. A menos que la empresa cobre el correspondiente recargo, en cuyo caso la clientela podría volver a desaparecer. En ese ámbito, no veo que el crecimiento actual continúe indefinidamente". Aun así, los proveedores de servicios que puedan resolver el problema de la llamada "última milla" podrían ver un crecimiento saludable.
"Los demás proveedores de servicios también podrían ver buenas tasas de crecimiento. Pero mientras se sigan maximizando las pérdidas sin que nadie las contrarreste, el modelo continuará". Al mismo tiempo, sin embargo, Behr observa un movimiento contrario: "Hay inversores que ya no quieren soportar esa forma de financiación y quieren volver a ver cifras rentables".
Aumento de las tasas de crecimiento en el sector ecológico
Behr parte de la base de que el sector ecológico también experimentará nuevas tasas de crecimiento. "Si tenemos graves recesiones económicas, es decir, si el crecimiento económico tiende a ser negativo y hay un ambiente de crisis, entonces será más difícil para el producto ecológico. Pero creo que todavía estamos muy lejos de eso. Cuando las cosas se pongan realmente difíciles, entonces la cuota de mercado de las tiendas de descuento crecerá más, el debate sobre el clima pasará a un segundo plano, e incluso prevalecerá la "lucha por la supervivencia". Pero aún no hemos llegado a ese punto. Mientras sigamos estando razonablemente bien, y supongo que seguirá siendo así, la cuota ecológica seguirá creciendo porque también se percibe como una solución a la crisis. Por ejemplo, para la crisis climática, la crisis medioambiental general, etc.".
El objetivo del 30% para 2030 no es realista
Por otro lado, Behr no cree que sea realista suponer que la cuota de productos ecológicos crecerá hasta el 30% en 2030. "La cuestión es, por supuesto, cómo se implementaría eso. Se pueden establecer muchos objetivos. Al fin y al cabo, ahora mismo hay muchos debates sobre el carácter ejemplar de, por ejemplo, instituciones públicas como comedores públicos, etc., en los que la gente exige una "proporción obligatoria" de productos ecológicos. Aunque eso puede, a su vez, generar oposición, por el momento, veo buenas oportunidades de crecimiento para el producto ecológico, ya que se ve como una solución a la crisis".
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Dr. Hans-Christoph Behr
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