El 2 de julio se celebra el Día Internacional de las cooperativas, un modelo asociativo que desde sus inicios, que se remontan a mediados del siglo XIX cuando un grupo de artesanos que trabajaban en fábricas de algodón del norte de Inglaterra establecieron la que se considera la primera cooperativa moderna, ha demostrado ser no solo justo e igualitario gracias a su gestión democrática, sino más fuerte a nivel comercial y resiliente ante las crisis de mercado.
En Andalucía, una comunidad que encadena sucesivamente récords en las cifras de exportación agroalimentaria, el cooperativismo agrario está fuertemente implementado. En 2021 se contabilizaban 649 cooperativas que facturaron un total de 9.800 millones de euros, un 4% más que el año anterior, explica Jaime Martínez-Conradi, director-gerente en Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía. “Somos un conjunto de 290.000 socios del que el 30% son mujeres”, destaca Jaime, “y el año pasado las cooperativas generaron 37.600 empleos directos, 1.500 más que el año anterior”.
La fortaleza de este modelo queda patente en las cifras, ya que “de las 20 cooperativas agroalimentarias más exportadoras a nivel nacional, 15 eran andaluzas, lo que refleja la importancia del cooperativismo en la comunidad. Es importante destacar que 24 de las 649 cooperativas andaluzas son de segundo grado. Juntas facturaron 2.900 millones de euros, un 8% más que el año anterior, mientras que las demás 625 cooperativas de primer grado facturaron 6.500 millones, un 2,3% más que en 2020”.
“El valor añadido de estas cooperativas de segundo grado reside en su tamaño, su internacionalización y su I+D+i, que les permiten tener un crecimiento mayor; no obstante, ambos modelos son igual de exitosos. Porque no nos sobran puntos de recepción de productos, lo que no sobran son CIF”, subraya. “En un mercado que, en definitiva, está en pocas manos, es necesario que estemos concentrados. Espero que vayamos dando pasos cada vez mayores en esta dirección y que estos procesos de concentración no se limiten a pequeñas empresas, sino también a todo tipo de grupos de comercialización”.
Jaime Martínez-Conradi.
En Andalucía, “el cooperativismo agrario aglutina el 50% de la producción agraria de Andalucía, porcentaje que se eleva hasta el 70% en sectores como el aceite de oliva”, explica el director de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía.
“El modelo cooperativista está muy arraigado en nuestra comunidad y tiene una salud envidiable; aunque hay que seguir trabajando para seguir creciendo. Tenemos dos retos fundamentales en la agricultura andaluza, que son el problema de la mano de obra y el agua. La falta de mano de obra es una realidad y hay que trabajar con las distintas administraciones para que ese tema se agilice y se solucione para que las cosechas puedan realizarse a tiempo. Con respecto al agua, hemos trasladado a las administraciones que es acuciante que se ponga en marcha una consejería específica para solventar este problema, para lo cual se deben aprovechar los fondos Next Generation de Recuperación de la Unión Europea, y que es necesario no solo que se lleven a cabo nuevas inversiones, sino también que se acometan las que están pendientes”.
“Y también, muy importante, y, de hecho, es nuestro gran reto a largo plazo, debemos luchar por dignificar el trabajo agrícola y ganadero. Es fundamental que las nuevas generaciones no tengan miedo de apostar por esta actividad, y que sigan creyendo en el modelo del cooperativismo agrario”.
Andalucía es un gran ejemplo del éxito del cooperativismo; un modelo consolidado cuyas cifras hablan por sí mismas. Y no solo en la comunidad autónoma española; como comparte la propia organización de las Naciones Unidas, más del 12% de la población mundial es cooperativista de alguna de los 3 millones de cooperativas del planeta.
Para más información:
Cooperativas-Agroalimentarias Andalucía
https://agroalimentarias-andalucia.coop