El Valle del Jerte lleva días luchando contra las llamas desde que hace 4 días se declarara un incendio en pleno corazón, en la Garganta de los Infiernos, que se sumaba a otros focos en la provincia que han arrasado más de 6.000 hectáreas. La principal hipótesis de la Junta de Extremadura es que el fuego ha sido intencionado.
Además de poseer joyas de la naturaleza, catalogadas como reservas naturales, el Valle del Jerte es emblemático en el sector hortofrutícola por sus cerezas y picotas, que también se han visto afectadas por el fuego directa e indirectamente. En otras zonas como las Hurdes, también se han quemado algunas parcelas de castaños.
"El Valle del Jerte agrupa muchas plantaciones de cerezos y, puntualmente, algunas de las plantaciones colindantes a los incendios se han quemado", cuenta Miguel Ángel Gómez, director gerente de la Asociación de Fruticultores de Extremadura, AFRUEX.
De acuerdo con el representante de esta asociación, los incendios han hecho que la actividad productora y comercializadora de picota se ralentice en el sector, ya que centenares de habitantes de la zona han tenido que ser evacuados y otros se han visto envueltos en las tareas de ayuda.
Por otra parte, estos incidentes empeoran la fuerte sequía que azota a esta zona. "El problema de falta de agua se acrecienta. Se están utilizando grandes cantidades de agua para sofocar los incendios, algo totalmente necesario, aunque preocupante también para el riego de los cultivos. Nos preocupa la disponibilidad de agua de riego para los próximos meses", manifiesta Miguel Ángel Gómez
Son muchas las familias que viven directamente de la cereza y picota en el Valle del Jerte, mientras que las empresas que comercializan la fruta son los principales empleadores de la zona. La campaña de la picota terminará en alrededor de 3 semanas habiendo ya pasado el periodo de mayor producción. Mientras tanto, los incendios ya han sido estabilizados y controlados, aunque todavía no extinguidos.