Desde el punto de vista comercial, a la mayoría de hortalizas de fruto belgas les va bastante bien. "Si fuera un año normal, no nos quejaríamos de cómo van las cosas para los pepinos, los tomates y los pimientos", dice Maarten Verhaegen, de BelOrta. "Los precios del tomate, por ejemplo, son aceptables para esta época del año, pero dado el aumento de los costes de producción, los márgenes para los productores están bajo mucha presión, y esto les pone las cosas muy difíciles".
"Actualmente hay bastantes tomates en el mercado", continúa Maarten. "Los precios se mantienen a un buen nivel. La razón es, sobre todo, que el sur de Europa está teniendo problemas para obtener volúmenes suficientes. En España e Italia están sufriendo graves problemas de disponibilidad y calidad. Esto, de hecho, ha llegado a provocar un aumento notable del número de llamadas desde el sur de Europa para intentar conseguir suficiente producto. Aparte de los problemas relacionados con los costes energéticos y el calor, simplemente hay menos tomates disponibles ahora mismo. Mis fuentes me cuentan que las dificultades de años pasados han llevado a un número de pequeños productores a tirar la toalla. La combinación de estos factores hace que esperemos una temporada relativamente buena para los tomates Belorta. Esto no significa que no habrá retos para nuestros productores, pero la situación favorecerá los precios".
De algunos tomates casi no hay disponibilidad
De cara al otoño, sin embargo, Maarten prevé que la producción de tomates en los Países Bajos y Bélgica será mucho menor que otros años. "Especialmente entre la semana 50 de este año y la semana 7 de 2023 probablemente haya una disponibilidad más limitada de ciertos tipos de tomates. Debido a los precios del gas, la siembra se realizará más tarde y con menos luz, lo que repercutirá en los volúmenes. Tenemos la suerte de contar con algunas cosechas de otoño de tomates en rama y tomates redondos sueltos, por lo que estos seguirán estando disponibles, aunque, probablemente, en menores cantidades".
Según Maarten, a las berenjenas y los calabacines tampoco les va demasiado bien. "En el caso de las berenjenas, no sabemos muy bien a qué se debe. Nadie parece saberlo; ¿se debe al ligero aumento de la superficie o al hecho de que el consumo ha caído un poco debido al calor? ¿Quién sabe? Con los calabacines el problema es claro. Hace dos años, los buenos precios motivaron a varios productores de campo abierto a plantar calabacines. En consecuencia, la oferta ha aumentado de manera excesiva. Si a esto le añadimos que los calabacines también se suelen consumir cuando las temperaturas son más bajas, es fácil entender por qué la situación es tan complicada".
Cambio de cultivos
Otra tendencia notable que ha observado el especialista en hortalizas es el reemplazo de especialidades de tomate por otros tipos de cultivo, sobre todo en los Países Bajos. "En Bélgica, la situación energética es ligeramente distinta a la de los Países Bajos, donde ya hay empresas pasándose de las especialidades de tomate a los tomates en rama o incluso a otros productos, como las fresas. Lo eligen por razones de eficiencia, menores costes de personal y menor consumo de energía. Haremos todo lo posible para mantener la disponibilidad de todos los tipos de tomate, pero sin duda habrá cambios. En las próximas semanas, los productores tendrán que decidir qué hacer de cara a la próxima temporada. El retail holandés y belga probablemente también tenga un papel decisivo. A nuestros productores les beneficia el apoyo del comercio y creo que es necesario un cierto compromiso de este sector para que podamos seguir ofreciendo toda la gama de productos locales en el futuro".
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Maarten Verhaegen
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