¿Cómo afectará el drástico recorte en el cultivo con luz artificial a los suministros de hortalizas de invernadero holandeses el próximo verano? "Preveo bastantes desafíos", responde Pieter de Ruiter. "Con los precios actuales del gas, es comprensible que el interés por emplear luz artificial sea mínimo. Muy pocos supermercados estarán dispuestos a pagar esos precios tan elevados".
Por otro lado, el suministro de países como España no podrá suplir completamente esta escasez, dice el comerciante. "Obviamente, les gustaría poder hacerlo, pero Almería, por ejemplo, ha tenido un verano muy caluroso este año. Ayer mismo hablé con un agricultor de allí que había plantado una buena superficie de pimientos, pero que está sufriendo muchas pérdidas por culpa del calor".
"Los precios de los pimientos holandeses oscilan entre 7 y 8 euros para los rojos, 7 euros para los verdes, entre 11 y 12 euros para los amarillos y 9 euros para los naranjas. No son precios alarmantes que te obliguen a pasarte al producto de España", afirma Pieter.
"Los tomates holandeses de la categoría A se vendieron ayer a entre 9 y 10 euros/5 kg, los de la categoría B se vendieron a 11 euros, y los tomates en rama a entre 11 y 11,50 euros. Son precios atractivos, y los tomates españoles no llegarán al mercado hasta octubre. Todavía no hay grandes cantidades de tomates turcos en el mercado, y la temporada marroquí tampoco ha comenzado, así que podría haber algún que otro problema con el suministro de tomates".
"Los pepinos holandeses han estado muy bien de precio este verano. Por tanto, lo deseable sería poder traerlos ya de España, pero los primeros pepinos españoles son siempre de un color claro, por lo que no son una amenaza para el producto holandés", dice Pieter. "El cambio a un tiempo nublado y oscuro con noches frías tampoco ayudará al consumo. La temporada tendrá un comienzo extraño, y para algunas empresas, como las que se dedican a la horticultura de invernadero o trabajan con almacenes frigoríficos, las consecuencias serán realmente dramáticas".
"Además, hay que tener en cuenta la inflación. La gente dispone ahora de un mes menos de sueldo. En resumen, habrá que tratar de obtener más dinero por los productos. La pregunta es: ¿pueden los consumidores permitírselo? En los Países Bajos y en los países escandinavos seguirá siendo posible, pero me temo que en Europa del Este el consumo será significativamente menor. Eso, a su vez, dará lugar a una mayor oferta en el mercado. Pero nadie sabe realmente lo que pasará", concluye Pieter.
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Pieter de Ruiter
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