Según las perspectivas agrícolas a corto plazo de la Comisión Europea, se prevé que la producción de tomate de la UE disminuya a 16,5 millones de toneladas en 2022, un 9% menos que el año anterior. Se pronostica que la producción de tomate para procesamiento caerá un 14% interanual, a 10,1 millones de toneladas.
Se espera que los períodos prolongados de sequía en los principales países productores, Italia y España, hayan impulsado esta caída en la producción. Muchos productores también tuvieron dificultades de riego debido a la escasez de agua, particularmente en el norte de Italia, lo que ha provocado aún más la caída de las estimaciones.
Por supuesto, el aumento de los costes del combustible y los fertilizantes ha provocado que muchos productores revisen sus estrategias financieras en 2022. Según se informa, algunos están compensando el impacto comprando menos fertilizante de lo habitual o reduciendo la superficie de siembra. Además, los invernaderos son esenciales para el cultivo sostenible de tomates en toda la UE, ya que el gas natural, la electricidad y el diésel son insumos claves para mantenerlos en funcionamiento, específicamente para los sistemas de calefacción, mantenimiento y riego.
Fuente: mintecglobal.com