Cuestionado acerca de la situación actual en el mercado de la cebolla, Gerard Hoekman, de Mulder Onions, responde que en este momento cada uno tiene su propia historia. "Tanto los que tienen como los que no tienen cebollas en stock. No está claro cuánta reserva de cebollas hay, pero hay demanda y se pagan bien. ¿Si estallará la burbuja? No hay forma de predecirlo en este momento".
"Por ahora, el mercado reacciona sobre todo ante lo que no hay. En ningún lugar del mundo se han cultivado cebollas de más con la lógica de que habría escasez en Europa. Esto está haciendo que los precios se disparen. Por tanto, puede que hayamos perdido ventas potenciales, pero eso tampoco es un problema si no tienes muchas cebollas", afirma el exportador. "La cuestión es dónde se sitúa el límite en el mercado. ¿1 euro, 1,20 euros, 1,50 euros? Quizá esta temporada descubramos que los precios no tienen techo".
"Todos los días se distribuyen cebollas a estos precios, sigue habiendo exportaciones a África, Reino Unido y otros destinos europeos. Tampoco hace falta el mundo entero para vender la poca cebolla que tenemos esta temporada. Preveo que las exportaciones a ciertos destinos, como Alemania, podrían incluso aumentar un poco. Sin embargo, es muy importante poder ofrecer la calidad deseada. Con estos precios, todo se controla bajo lupa".
Mulder Onions recibe las primeras cebollas neozelandesas en la semana 11. Aunque las lluvias en Hawke's Bay han causado algunos daños, estos no parecen haber sido demasiado graves en el norte de Pukehoke. "Tampoco es que esas cebollas lleven días bajo el agua, así que nuestros proveedores esperan muchas cebollas", afirma. "No se sabe si habrá una demanda desorbitada en este mercado, pero todo el mundo vive al día", concluye Gerard.
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