Solo quedan varias semanas para que arranque el apasionante proyecto de Cabo Blanco Fresh de pitahaya roja, que quiere dirigir esta temporada hacia los mercados del centro y norte de Europa, y los países escandinavos. “Seguimos creciendo en el cultivo de pitahaya y trabajando para que se conozca en el mercado este producto realmente diferenciado”, señala Juan Carlos Piña, gerente de la empresa con sede en Guanacaste.
“Hemos observado que muchos consumidores europeos no han tenido acceso al producto y no han podido conocerlo bien porque hasta ahora ha llegado de forma escasa, principalmente de Vietnam y otros países de Asia; y si lo han probado, su experiencia no ha sido tan positiva. Para que aguante esos largos trayectos y alargar su vida útil, la pitahaya asiática se cosecha en verde, por lo que no tiene la dulzura ni el sabor adecuados”.
“Por eso, nuestra estrategia va a enfocarse en exportar fruta por vía aérea –en pedidos mínimos de 2.500 kilos– con un grado de madurez muy elevado, por encima del 80%, y con valores mínimos de 14 grados Brix, a aquellos mercados en los que la pitahaya aún no se ha desarrollado y no existen prejuicios frente a la fruta, como Dinamarca, Noruega, Suecia o Finlandia”.
“De esta manera queremos que el consumidor en estos mercados reconozca desde un principio la calidad de la pitahaya de Costa Rica”, remarca Juan Carlos. “Las variedades que cultivamos en el país son el resultado de un proceso de selección de 25 años que nos ha permitido tener un producto de gran calidad en cuanto a sabor y dulzura, además de ser una fruta con altísimas propiedades nutricionales y medicinales”.
“Por otro lado, nuestra pitahaya roja producida en Cabo Blanco Fresh tiene la certificación Rainforest Alliance; fuimos los primeros en toda Centroamérica y seguimos siendo los únicos en obtenerla para la pitahaya. También tenemos la certificación SMETA Eti, GlobalG.A.P., Esencial Costa Rica y, además, la de carbono neutral. Todo esto nos permite tener un producto completamente único respecto a lo que ya existe en el mercado”.
“Ahora, más que nunca, la pitahaya es nuestra mejor alternativa”
La temporada de la pitahaya sigue a la de melón y sandía, que llega a su fin en Cabo Blanco Fresh acompañada este año de la noticia de que un importante grupo proveedor de melón y sandía para el mercado inglés cierra sus operaciones con ambas frutas.
“Por desgracia, este grupo que importaba melón y sandía de Brasil, Honduras, Costa Rica y España, ha decidido cerrar este programa después de no haber podido cumplir con la demanda de los supermercados con los que trabajan en Reino Unido. Este anuncio nos ha generado bastante preocupación y nos ha hecho poner los pies en la tierra, porque este cliente representaba el 75% de nuestros ingresos en estas frutas”, recuerda Juan Carlos, que confirma que, por circunstancias completamente externas, la campaña pasada supuso un desafío para la industria.
“El cambio climático, las sequías cada vez más prolongadas y el agotamiento de las aguas subterráneas son una realidad. A la vez, tenemos menos posibilidades para usar agroquímicos porque cada vez hay más productos prohibidos y menos opciones reales para controlar plagas; al mismo tiempo, las enfermedades son cada vez más agresivas y, por si fuera poco, las certificaciones más estrictas. Nos exigen más calidad, más responsabilidad social y medioambiental, y todo eso tiene un costo. Pero los precios no se incrementan proporcionalmente a esas exigencias; de hecho, hemos tenido que cerrar contratos por debajo de los costes de producción solo para mantener programas con distribuidores”.
“Queremos seguir cultivando melón y sandía, pero con decisiones como esta, los grupos internacionales fuertes están mandando el peligroso mensaje de que este cultivo no es sostenible”, alerta Juan Carlos. “Por eso, ahora más que nunca, la pitahaya es nuestra mejor alternativa”.
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