Cada vez que se corta en caliente una lámina de film transparente de PVC para cubrir una bandeja de productos agrícolas o carne, se libera gas tóxico de cloruro de hidrógeno. Cuando se utiliza sobre alimentos calientes, como ocurre a diario con las comidas para llevar, se emite más cloruro de hidrógeno gaseoso.
El cloruro de polivinilo (PVC) ya fue clasificado oficialmente en 1974 como carcinógeno humano, pero es ahora cuando por fin se está dando una vuelta de tuerca para prohibirlo en sus omnipresentes usos en la industria alimentaria, y no solo por su toxicidad para la vida orgánica.
Debido a su composición química, es peligroso reciclar el film transparente de PVC; por lo tanto, no se recicla en ninguna parte. Esto significa que los millones de toneladas de film transparente de PVC usado acabarán sin remedio en los vertederos o en el medio ambiente.
Además, los alimentos tienden a secarse bajo el PVC, y es sorprendente que este producto nocivo y no reciclable se haya utilizado durante tantas décadas. Existe un consenso generalizado de que, a finales de este año, el PVC dejará de utilizarse en el mundo occidental.
La película de polietileno mejora la resistencia del producto posconsumo
El gas etileno ya no se quema en la atmósfera como antes: hoy en día, el gas se aprovecha y se convierte en polietileno mediante polimerización, un proceso de una sola etapa para fabricar film transparente de polietileno, lo que le confiere una huella de carbono de fabricación menor que las dos etapas necesarias para producir plástico de PVC.
"No somos fabricantes de PVC en busca de una alternativa", afirma Billy McMillan, director técnico de Superthene, con sede en Ciudad del Cabo, que lleva años trabajando en su diseño de propiedad intelectual. "Lo hemos desarrollado en torno a lo que llamamos principios básicos: utilizamos una técnica de fabricación de polímeros que normalmente no se emplea en estas aplicaciones".
Derecha: coles envueltas en Superthene.
La película Superthene pesa entre un 35% y un 40% menos que el PVC, señala Roy Keytel, director de Superthene. "Solo con cambiar a un producto a base de polietileno, incluso si va a parar al vertedero –que, sinceramente, esperemos que no sea así–, el gran beneficio es una diferencia del 40% en plástico que va a la basura".
El polietileno es el polímero más fácil de reciclar y, por tanto, el más reciclado del mundo, explica.
McMillan añade: "Nuestra película es apta para casi todos los flujos de reciclado y, de hecho, aumenta la resistencia del producto al que se añade".
Cinco años de experiencia en convertir a los proveedores frescos de Woolworths
En Sudáfrica, Woolworths fue el primero en deshacerse del PVC, con la intención inicial de erradicarlo de sus tiendas a finales del año pasado.
"Probamos otras marcas de film de polietileno de varias empresas conocidas de todo el mundo. No funcionaron tan bien", afirma Don McFarlane, especialista en envases de Woolworths y "nerd del plástico".
"Ha sido un viaje largo pero increíble con Woolworths, que hace cinco años nos permitió ayudar a 150 de sus proveedores a cambiar el PVC por una alternativa más sana", dice McMillan. "Woolworths nos ha dado una tremenda ventaja, sus normas de seguridad alimentaria son de primera clase".
"Keytel apunta: "Woolworths nos dio mucha experiencia para envolver cosas que nunca creímos que pudiéramos envolver, como empanadillas, maíz o champiñones. Nuestro éxito llegó con las 'proteínas' y nos alejamos de los productos agrícolas porque cada cosa tiene un ritmo de respiración y una tasa de humedad diferentes".
Al final, la mejor calidad en el lineal, sobre todo con los champiñones (para los que han desarrollado un film único) y el maíz, les dio el impulso necesario para concentrarse más en las frutas y hortalizas.
Hoy por hoy, Superthene envuelve champiñones en Alemania, brochetas de verduras y maíz en Estados Unidos (además de estar acreditada por dos de los mayores envasadores de carne de ese país), y su entrada en el mercado australiano es inminente.
De la automatización al envoltorio manual: Superthene sirve para todo
McFarlane también señala que en una industria más compleja como la sudafricana, donde algunos utilizan maquinaria de última generación de alta velocidad y otros siguen envolviendo a mano, el film transparente de polietileno importado resultaba problemático, ya que solo funcionaría en máquinas sofisticadas.
Derecha: Superthene en champiñones alemanes.
El amplio espectro de proveedores de Woolworths aprecia la atención que Superthene pone en el desarrollo de un producto multidimensional para todos los usuarios, un proceso durante el cual adquirieron muchos conocimientos, afirma McMillan.
"Una de las razones de nuestro éxito", añade, "es que hemos conseguido que el material funcione probablemente en el 90% de las grandes marcas de máquinas automáticas".
"Nos llegan solicitudes continuamente, pero es un proceso largo que requiere muchos rollos de prueba de Superthene para conseguir las modificaciones adecuadas en los perfiles de las cuchillas y el tensado". Según su experiencia, los clientes de Europa y Estados Unidos tienen los conocimientos técnicos necesarios para conseguirlo rápidamente.
"Está claro que, si sale como queremos, habrá que fabricar en Europa o Estados Unidos. Estamos en conversaciones al respecto", revela McMillan.
El director general de Superthene, Jonathan Duffett, sostiene que, aunque algunos organismos de seguridad alimentaria y fabricantes de PVC sigan afirmando que su producto es seguro, no conoce ningún producto de PVC que cuente con el aval de una asociación contra el cáncer en ningún lugar del mundo.
"La seguridad de nuestro producto está avalada por la Asociación contra el Cáncer de Sudáfrica".
Para más información:
Superthene
Tel.: +27 21 205 0788
info@superthene.com
https://superthenefilms.com/