La campaña de la fresa de invernadero empezó fuerte, sobre todo para los productores de variedades tempranas y perennes, lo que dio lugar a unos precios favorables que cubrían el aumento de los costes laborales. A principios de junio, Sjraar Hulsman, de Frankort & Koning, afirmaba: "Los precios deberían seguir siendo buenos en las próximas semanas. Los volúmenes no son enormes y el mercado absorbe bien las fresas. Los minoristas holandeses las promocionan continuamente. También en campañas de rebajas, pero a precios a los que los productores pueden cultivarlas". Hulsman espera una buena demanda, apoyada por los constantes esfuerzos de los minoristas holandeses. Aunque los volúmenes no son excesivos, el mercado debería seguir absorbiendo bien las fresas.
Los precios del cultivo iluminado son más inestables, pero en general a los productores les va razonablemente bien. Sjraar observa una demanda creciente, tanto a nivel local como en el extranjero, de fresas cultivadas con luz artificial, gracias a que su suministro fiable, su buena calidad y su sabor. Se observa una tendencia a la consolidación entre los productores, con la desaparición de los más pequeños y el mantenimiento de la producción durante todo el año por parte de los más grandes para conservar los puestos de trabajo todo el año.
Esa producción durante todo, al dar un suministro uniforme durante todo el año, permite unos precios más estables, a diferencia de los picos que solían complicar la formación de precios. El tiempo tiene un papel fundamental: si hace sol, aumentan las ventas, no solo en los supermercados, sino también en la hostelería. Las condiciones meteorológicas en otros lugares de Europa, como en Italia y España, influyen en la producción, lo que, a su vez, afecta a la demanda del mercado.
Alemania invierte cada vez más en cultivos en estanterías e invernaderos, en parte como respuesta a los problemas de mano de obra en el cultivo en suelo. Sin embargo, los costes más elevados y los plazos de amortización más largos dificultan la adopción generalizada de estas técnicas por parte de los productores alemanes. A pesar de todo, la demanda de fresas holandesas sigue siendo alta, incluso a precios más elevados, porque su calidad es mejor que la de las fresas nacionales.
Los costes de mano de obra y la resistencia a las enfermedades siguen siendo preocupaciones importantes en el sector. La robotización de la recolección está aún en sus inicios. Los productores también buscan variedades menos sensibles a las enfermedades, además de rasgos tradicionales como la producción y el sabor.
En definitiva, el mercado de la fresa sigue siendo dinámico, impulsado por la innovación tecnológica, la demanda del mercado y las condiciones meteorológicas. Y los productores holandeses se esfuerzan por lograr un crecimiento sostenible y una mayor calidad en un contexto europeo competitivo.
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