Esta clasificación del modelo de respiración durante la maduración la provoca internamente el regulador de la maduración llamado etileno. El papel del etileno en estos comportamientos respiratorios se describió por primera vez en 1960, cuando se demostró que las frutas climatéricas experimentan un aumento de la producción de etileno antes de aumentar la tasa respiratoria. Las frutas no climatéricas no experimentas este aumento climatérico de etileno cuando se incrementa la tasa respiratoria.
Sin embargo, y esto es muy importante, este hecho no significa que las frutas climatéricas que producen poco etileno, como las bayas , o las variedades de fruta no climatérica como las fresas, no respondan a la presencia del etileno en el aire durante el almacenamiento. El Séptimo Simposio Internacional sobre Postcosecha de ISHS presentó un informe interesante que ilustraba los beneficios de la eliminación del etileno del aire durante el almacenamiento de las fresas. El sencillo descubrimiento fue que se aumentaba la vida útil, lo que se demostró con la simple técnica de limpiar la atmósfera de almacenamiento.
Llegados a este punto, es importante también explicar que, cuando una fruta resulta golpeada o dañada, la respuesta del tejido subyacente es producir etileno a través de un proceso autocatalítico por el que se acelera el proceso de maduración. De modo similar, los hongos que enferman la fruta tras la cosecha y que se presentan en forma de esporas sobre la piel, son estimulados por el etileno y otros volátiles. Las investigaciones han demostrado que limpiando la atmósfera para eliminar el etileno y los volátiles, se reduce la aparición de enfermedades tras la cosecha. Además, eliminar el etileno durante el almacenamiento de las bayas limpiando el aire con filtros para etileno, también reduce el riesgo de que se acelere la maduración de la fruta. Esto asegura que la baya no se ablandará demasiado ni desarrollará enfermedades tras la cosecha a causa de los hongos. Mantener este tratamiento de la fruta tras la cosecha en todos los estadios, se traduce en un aumento de la vida útil de las bayas en el mercado con el consiguiente mejor calidad del producto.
Lo más importante para la vida útil de las bayas durante la postcosecha es eliminar el calor lo ante posible y mantener la temperatura tan próxima al punto de control como sea posible, preferentemente con una humedad relativa de entre el 90 y el 95%. Eliminar el etileno de la atmósfera mejorará la conservación de la calidad de la fruta durante la refrigeración y el embalado.
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