Según Alexander Zabirov, director del complejo de invernaderos, el objetivo principal es abastecer a la provincia de Karagandá de hortalizas. "Aun así, el complejo envía el 10% de las hortalizas que produce a la capital, Astaná, y pronto esta cantidad aumentará hasta el 25%. Por supuesto, si la cosecha es excesiva, entraremos en el mercado ruso", señala A. Zabirov.
Los tomates uzbekos tendrán que hacer un hueco, pues sus competidores de Karagandá con más frescos y más económicos. Los agrónomos locales esperan producir hasta 8 toneladas de hortalizas al año en una perspectiva a largo plazo. A corto plazo, es necesario contratar personal para el complejo de invernaderos, ya que se crearán más de 100 puestos de trabajo en un año.