Duke Bulanon, profesor asociado de la Universidad Nazarena del Noroeste, en Idaho, está desarrollando dos proyectos para la industria agrícola. Uno es el IdaBOT, que es un robot que avanza solo entre los viñedos y huertos. El otro es una cámara multiespectral que captura las numerosas longitudes de onda de olor que podrían ayudar a contar las flores de los frutales y así estimar la producción.
La idea se le ocurrió a Bulanon cuando hablaba con Mike Williamson, propietario de huertos, sobre sus cultivos de melocotones en abril, en la temporada de floración. Bulanon sobrevoló el huerto con un dron y tomó imágenes de infrarrojo cercano a las flores, que se mostraban con más claridad en la imagen que si las fotos las hubiera tomado una cámara normal.
Si se cuentan las flores en lugar de la fruta madura, la estimación de cosecha puede ser más temprana.
Bulanon espera poder reducir lo suficiente el tamaño de la cámara para poder incorporarla a un teléfono móvil y trabajar a través de una aplicación. Bulanon y su equipo descubrirán cuántas fotos de las flores y de la fruta se precisa tomar y desde qué ángulos, para que la estimación sea lo más precisa posible.
Actualmente, Williamson y otros trabajadores cuentan la fruta que hay en las ramas de determinados árboles y después las multiplican y sacan una media del huerto de 9,7 hectáreas para estimar la producción.
Bulanon espera recibir una beca de casi 90.500 dólares del Departamento de Agricultura del Estado de Idaho. Su proyecto es uno de los 15 que optan a la financiación de dicho departamento para la promoción de cultivos especiales. Según Bulanon, este importe cubriría el coste total estimado del proyecto.
Independientemente de si recibe la financiación, Bulanon sabe lo valioso que el proyecto puede ser para la agricultura. Williamson indica que una tecnología como esta podría ahorrarle hasta un 20 por ciento en materiales y mano de obra, además de proporcionarle una estimación de la cosecha para el mercado más precisa.