Las heladas de finales de febrero y principios de marzo de este año tuvieron un grave efecto sobre los cultivos de albaricoques de la Emilia-Romaña. Después de los abundantes volúmenes de 2017, tanto que hubo quien esperaba que el segmento se recuperara, en 2018 se espera una producción muy baja.
"Variedades como Faralia y Farbaly no producirán casi ninguna fruta a causa de las condiciones meteorológicas. Es difícil hacer una estimación, pero creo que tenemos que esperar una caída del 80% de las variedades tempranas", explica Luca Molinari, técnico del Consorzio Agrario Adriatico.
Monilia no ha provocado daños particulares, pues necesita humedad y temperaturas más altas para propagarse, y la primavera no ha sido muy cálido en el centro-norte de Italia hasta el momento.
"Las variedades con menos problemas son Kyoto y Flopria, pues toleran mejor el estrés térmico y se adaptan mejor a zonas con cambios de temperatura repentinos".
"Las variedades con menos problemas son Kyoto y Flopria, pues toleran mejor el estrés térmico y se adaptan mejor a zonas con cambios de temperatura repentinos".
El productor Fabrizio Casadio está haciendo evaluación de daños en su cultivo de 16 hectáreas. "Creo que algunas variedades tempranas han sufrido fuertes pérdidas. No se puede comprar este año con 2017, porque la producción fue perfecta. También hay pérdidas considerables en las variedades Lady Cot y Pricia. Sin embargo, para hacer una valoración más precisa, tendremos que esperar hasta el 10-15 de mayo, a las últimas caídas".
Durante las heladas de febrero y marzo, Casadio conectó sus ventiladores. "Aunque algunos decían que eran inútiles con estas heladas, comprobé que la temperatura era 1,6 ºC más alta que en otros huertos".