"Frank de Koning tiene diecisiete tipos distintos de tomates, así que siempre podemos jugar con las variedades que envasamos. Esperamos que Alemania se mantenga en el campeonato, aunque con estos mismos tomates podríamos dirigirnos a un cliente belga. Suecia es un mercado muy importante para nosotros, pero, por desgracia, todavía no tenemos tomates azules", bromea Michaël. La oferta funciona bien. "Estamos vendiendo bastantes tomates más. Me esperaba que los consumidores de producto ecológico fueran menos receptivos, pero, al parecer, todo el mundo se vuelve tan loco durante los campeonatos de fútbol como en los Países Bajos".
Como novedad este año, el envase está hecho de caña de azúcar y la película de plástico es orgánica. "El año pasado nos encontramos con un fuerte movimiento contrario al uso de los envases de plástico, por eso estoy contento de tener una respuesta sostenible, en la línea del cultivo ecológico", explica Michaël. "Al menos los clientes alemanes están encantados con la oferta para el Mundial".
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