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Los subproductos de cítricos y uvas podrían servir para conservar alimentos

Grandes cantidades de subproductos de cítricos y uvas que se suelen tratar como desechos y, por lo general, se eliminan en vertederos podrían utilizarse en la producción de conservantes naturales para alimentos. Este es uno de los principales hallazgos de un estudio interdisciplinar de la Universidad de Stellenbosch (SU).

"Nuestra investigación muestra que el uso de subproductos cítricos  subproductos vinícolas, ricos en bioactivos, podrían proporcionar una plataforma eficiente, económica, fácilmente disponible y respetuosa con el medioambiente para la producción de conservantes alimentarios naturales y sostenibles", dice el doctor Cletos Mapiye, del Departamento de Ciencias Animales de la SU. Ha llevado a cabo la investigación con compañeros del Departamento de Ciencias de la Alimentación y del Laboratorio de Investigación de Tecnología Poscosecha del Departamento de Ciencias Hortícolas de la citada universidad. El estudio fue publicado hace poco en la revista Sustainability.

Mapiye dice que para una adopción exitosa de conservantes naturales basados en subproductos frutícolas en sistemas de alimentación sostenibles es importante conocer la composición fitoquímica (compuestos activos biológicamente en las plantas), la eficacia antioxidante y antimicrobiana, la inocuidad y la estabilidad de estos subproductos durante el procesamiento de alimentos.

"Los fitoquímicos bioactivos desempeñan un papel importante en la preservación de la calidad alimentaria conservando el sabor, el color, la textura y los nutrientes, a la vez que reducen las posibilidades de contraer una enfermedad transmitida por los alimentos y tienen el potencial de contribuir a la prevención de enfermedades crónicas gracias a sus propiedades antioxidantes".

Mapiye y sus compañeros investigadores analizaron la composición fitoquímica, así como las propiedades antioxidantes y antimicrobianas de los extractos de orujo de uva, semillas de uva y piel y pulpa de clementina cultivadas en Sudáfrica. Después de tomar muestras de los subproductos de estas frutas, las lavaron y secaron en horno, tras lo cual las convirtieron en finos polvos antes de extraer los fitoquímicos para su análisis.

Los investigadores descubrieron que los extractos de uva contenían la mayor cantidad de taninos condensados, mientras que los extractos de piel de clementina contenían la mayor cantidad de ácido ascórbico (vitamina C).

"En general, los extractos de semillas de uva fueron los que más actividad antioxidante presentaban de todos los extractos analizados, mientras que la actividad microbiana fue más alta en los extractos de piel y pulpa de clementina, seguidos de los extractos de semillas y orujo de uva".

"Los extractos de semillas de uva y de piel y pulpa de clementina pueden considerarse para la potencial aplicación en alimentos, ya sea individualmente o en combinación como excelentes fuentes de antioxidantes y antimicrobianos".

Mapiye dice que el orujo de uva, las semillas de uva y la piel y la pulpa de clementina podrían ser una alternativa viable a los conservantes artificiales que se utilizan comúnmente para impedir o retrasar los procesos que causan la descomposición de los alimentos, y para mejorar la calidad, la inocuidad y la vida útil de los alimentos.

"Por sus propiedades antimicrobianas, la piel y la pulpa de clementina podrían ser alternativas viables a los sulfitos, por lo que se reduciría el riesgo de alergia que supone el uso de conservantes artificiales".

Mapiye añade que la preocupación por la salud ha llevado al consumidor a temer y evitar los alimentos con conservantes artificiales. Indica que la valorización de subproductos de fruta como conservantes naturales tiene el potencial de desbloquear nuevas cadenas de valor para la industria procesadora de frutas y contribuir inmensamente a avanzar hacia sistemas alimentarios sostenibles, dada la cantidad de alimentos que se desperdician cada año.

"El deterioro de alimentos contribuye de manera importante al desperdicio, pues cada año se desechan en torno a 1.600 millones de toneladas de comida. En Sudáfrica, por ejemplo, las pérdidas y el desperdicio poscosecha anuales ascienden a 10 millones de toneladas, y en torno al 95% del desperdicio de alimentos ocurre en las cadenas de valor antes de llegar al consumidor".

Mapiye señala que al menos el 40% del millón de toneladas de mandarinas que se producen cada año en el país se destina a la producción de zumo, y los desperdicios suponen entre el 50% y el 70% del peso en fresco, formado por pieles, pulpa y semillas.

"Además, se producen 1,5 millones de toneladas de uvas para la producción de vino, y el orujo supone del 20% al 25% de las uvas prensadas en materia seca. El orujo de uva está compuesto por tallos, semillas, pieles y pulpa".

Mapiye dice que, dada la escasez de estudios sistemáticos en Sudáfrica sobre las capacidades conservantes de los extractos de los subproductos locales de uvas y cítricos, es importante establecer la bioactividad y los beneficios reales de estos extractos para aplicaciones alimentarias funcionales.

"Está justificado seguir investigando para validar la inocuidad y la eficacia de dichos productos para su uso en alimentos", añade.

Más información:
Dr Cletos Mapiye
Stellenbosch University
Tel.: +27 604919266
Tel.: +27 21 808 2640
Email: cmapiye@sun.ac.za 

Fecha de publicación: