Después de la catastrófica campaña del radicchio redondo de Véneto, los representantes de la cadena de suministro debaten sobre la situación. Giuseppe Boscolo Palo, director del mercado hortícola de Chioggia, afirma que un pequeño esfuerzo bastaría para cuadrar las cuentas. "Tres euros por kilo, al consumo, por un producto trazado y de calidad, sería un precio honesto. Pero estos tres euros hay que dividirlos en un 33% para cada eslabón: 1 euro para el productor, 1 euro para la confección y la logística, y 1 euro para la gran distribución".
Esta foto se tomó en un supermercado del norte de Italia a principios de julio. "El coste de 2,70 euros por kilo para un producto sin IGP es honesto, y si asumiéramos 80 céntimos por cada uno de los tres eslabones, todo el mundo estaría satisfecho. Este producto debería ser de Fucino, zona de cultivo en esta época", añade Boscolo Palo.
Por desgracia, con frecuencia asistimos a un escenario injusto, en el que algunos céntimos se destinan al productor y el resto del pastel se reparte al final de la cadena de producción. "Este año, en la zona de Chioggia, ha habido un fuerte desequilibrio, con una media de 15 céntimos por kilo para el productor en el mes de mayo, en comparación con el 18 de mayo de 2019, cuando aún era negativo. En abril, el precio medio al productor fue de 24 céntimos por kilo, en comparación con los 36 céntimos de 2019".
Las cosas funcionaron mejor para el radicchio largo, que alcanzó 1,06 euros por kilo en abril de 2020 y 73 céntimos en mayo. En abril de 2019, los productores obtuvieron 91 céntimos por kilo y en mayo, 76 céntimos.