Con el objetivo de simplificar la cadena alimentaria, evitando tanto sus ineficiencias como las diferencias de precios entre el que recibe el agricultor en origen y el que paga el cliente, CrowdFarming ofrece desde 2017 a los agricultores una plataforma desde la cual pueden vender directamente sus productos sin intermediarios.
“Ofrecemos a los productores que trabajan con nosotros una solución a medida para vender sus cosechas a los consumidores finales”, explica Juan Plasencia, Farmer Hunter Spain & Portugal de la compañía. “El agricultor está acostumbrado a trabajar con comercios, mayoristas, grandes cadenas de distribución o cooperativas, y a través de CrowdFarming le enseñamos a recuperar el vínculo y el feedback con el cliente. Además, el agricultor vende su cosecha al precio que él define, sin estar sujeto a la variabilidad de los precios de mercado a lo largo de la campaña”, subraya.
El proyecto no solo persigue la valorización de la cosecha de todos los farmers que participan en él mediante un precio justo, sino que también busca evitar el descarte de aquella fruta que no se ve perfecta, permitiendo a los productores que aumenten sus ventas. “Queremos enseñar a los consumidores que el destrío que se produce por criterios estéticos no es destrío; es desperdicio alimentario”, recalca Juan. “Por eso les pedimos a nuestros agricultores que no calibren la fruta, que envíen todo lo que hay en el árbol. En este sentido también les ayudamos a ahorrar costes. Intentamos educar a los consumidores en que la fruta con manchas o rameado es igual de buena y sabe igual que la que compran en el supermercado, perfecta y encerada”. Para ello, nuestra plataforma cuenta con un equipo multilingüe de 12 personas a disposición de los consumidores para explicarles todas sus dudas respecto a los productos que reciben.
La plataforma web cuenta actualmente con 200.000 usuarios y comercializa la producción de más de 100 farmers de 9 países diferentes. “Nuestros productores son principalmente de España, pero también tenemos productores en Alemania, Francia, Italia y Hungría, un productor de té en Georgia, de café en Colombia y de chocolate en Filipinas y Granada”, detalla Juan. “Dentro de la web hay diversos proyectos, pero en fruta nuestro fuerte está en los cítricos, sobre todo en naranjas, mandarinas y limones, y en los tropicales. Estamos trabajando con varios productores de mangos y aguacates del sur de España, de la Axarquía en Málaga, y está siendo todo un éxito”.
Proyectos de adopción
CrowdFarming propone un novedoso vínculo entre los agricultores y los consumidores mediante las adopciones, un modelo que permite a los consumidores finales reservar una parte de la producción una vez que sea cosechada y asegurar la planificación del cultivo a los productores.
“Lo que la gente adopta realmente es una unidad productiva. Un naranjo, un limonero o un mandarino en el caso de los cítricos, o un aguacate o un mango, en el caso de los tropicales, y lo que les ofrecemos con el término adoptar es que se comprometan con el agricultor. El agricultor cuida el árbol en su finca y el consumidor recibe la fruta en su domicilio una vez cosechada”, explica Juan. “Ese modelo de adopción les permite a los agricultores llegar al inicio de cosecha con gran parte de la producción ya vendida, al precio que ellos quieren, independientemente del precio que alcance la fruta en el mercado en ese momento. Nosotros, ahora mismo, estamos poniendo en adopción árboles de mango que empezaremos a enviar a finales de agosto. De hecho, a día de hoy tenemos agricultores que tienen unos 50.000 kg de mango ya vendidos 7 meses antes de la cosecha”.
El concepto de las adopciones ha tenido muy buena acogida y el 50% de lo que se vende en la web se hace ya bajo esta modalidad. “El consumidor que tenemos es un consumidor bastante comprometido que quiere generar un impacto con su decisión de compra”, puntualiza el Farmer Hunter de la compañía.
La pandemia no ha sido un obstáculo para expandirse, sino todo lo contrario
Desde sus inicios, más modestos, CrowdFarming ha logrado crecer hasta tener presencia en 28 países, una expansión que no se ha visto frenada por la irrupción de la pandemia. “Todo lo contrario. Los primeros días y semanas enseguida vimos que la gente, al estar en casa, podía recibir paquetes más fácilmente, y además se empezó a valorar más la alimentación y aumentó el consumo de frutas y verduras. Para nosotros fue realmente un momento de expansión”.
De hecho, la compañía está intensificando sus esfuerzos de marketing en el centro y norte de Europa y no descarta a largo plazo ampliar las fronteras de su modelo de negocio. “Un reto muy interesante sería la expansión en Estados Unidos o Latinoamérica y poder trabajar con agricultores y consumidores desde allí”, adelanta Juan Plasencia.
Para más información:
Juan Plasencia
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