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Finnish Greenhouse Growers Association

El aumento de los costes de producción supone un problema para los invernaderos finlandeses

Finlandia tiene el mayor consumo medio de tomates y pepinos de todos los países del norte de Europa. Los finlandeses comen una media de 12,1 kg de tomates y 10,2 kg de pepinos al año. Ambas cifras duplican las de Noruega. Y, sorprendentemente, el 60% de esos tomates y nada menos que el 93% de los pepinos que se consumen en Finlandia proceden de invernaderos locales.

Visitamos la Finnish Greenhouse Growers Association, que en 2017 celebró su centenario. Esta organización comercial recopila y publica datos sobre el cultivo en invernaderos, asesora a sus 300 miembros y ejerce presión en favor del sector ante los responsables políticos. También hace campañas de marketing para las hortalizas, frutos rojos, hierbas y plantas ornamentales cultivadas en invernaderos. Además, publica la revista Puutarha&kauppa (con información sobre el cultivo en invernadero y al aire libre) y organiza la feria anual de la LEPAA en agosto, a la que asisten unos 200 expositores. Todo ello lo convierte en el socio perfecto para hablar del cultivo en invernadero en el extremo norte de Europa.

Tomates, pepinos, lechugas y hierbas
No es un descuido que este artículo solo se refiera a los tomates y pepinos en su primer párrafo. Las cifras citadas son francamente impresionantes. Sin embargo, las estadísticas de otras hortalizas de invernadero son diametralmente opuestas. Los productores finlandeses cultivan tomates en una superficie de aproximadamente 97 hectáreas y pepinos en 53 hectáreas. Los pimientos, sin embargo, tienen que conformarse con nueve hectáreas, y no se cultiva ninguna berenjena o calabacín, al menos comercialmente, en invernaderos.

Estadísticas del instituto LUKE

Subvenciones de la UE
"Todo tiene que ver con que los tomates y los pepinos reciben subvenciones de la UE, mientras que ni las berenjenas ni los calabacines las reciben", dice Niina Kangas, directora general de la Finnish Greenhouse Growers Association. "Pero como esas subvenciones siguen disminuyendo, esperamos que los productores liberen espacio para otras hortalizas de invernadero. Algunos productores incluso están empezando a cultivar judías verdes". Lassi Remes, especialista en cultivos de esta organización, añade que aunque algunos agricultores ya se están centrando en los pimientos, sigue siendo difícil competir con los precios del producto importado.

Además de los tomates y los pepinos, hay subvenciones para otros productos: la lechuga, que ocupa 21 hectáreas de invernadero, y las hierbas aromáticas, como el perejil y el eneldo, que se cultivan en 12 y 8 hectáreas, respectivamente. Para sus 5,5 millones de habitantes, el cultivo finlandés de hierbas y lechugas es autosuficiente. También se cultivan en invernaderos algunas zanahorias, cebollas, patatas y coles, pero ninguna hortaliza en más de cinco hectáreas en total. En cambio, el cultivo de frutos rojos está en auge, con más de seis hectáreas de fresas y 1,5 de otras berries, principalmente frambuesas.

Agricultura a pequeña escala
Finlandia cuenta con 838 empresas de invernaderos, la mitad de las cuales cultivan hortalizas, hierbas y frutos rojos, y la otra mitad plantas ornamentales. Más de dos tercios de las aproximadamente 375 hectáreas se dedican a las frutas y hortalizas. Solo hay un puñado de grandes explotaciones. La más pequeña tiene 300 metros cuadrados; la más grande, unas 12 hectáreas. La superficie media por explotación es inferior a media hectárea.

Sin embargo, hay una tendencia creciente a reducir el número de empresas, como demuestra el hecho de que, en 2016, todavía había casi 1.200 agricultores de invernadero activos. "Y esa tendencia no hará más que continuar porque, como los invernaderos suelen ser más antiguos, a menudo es difícil encontrar sucesores si no se tiene uno dentro de la familia", explica Niina, que antes de ser directora general en enero había sido asesora fitosanitaria de la asociación durante una década. Apenas se fundan nuevas empresas, sobre todo ahora que los costes de producción han subido un 20-30%. Los precios de venta, ligeramente más altos, no compensan en absoluto la situación.

Foto: Kauppapuutarhaliitto ry

Una superficie de invernaderos estable
En Finlandia, la superficie de los invernaderos se ha mantenido bastante estable durante años. Aunque algunas empresas aumentan la superficie, esta es siempre limitada. Eso se debe a la actual cuota de mercado de los tomates y los pepinos, y al hecho de que Finlandia no exporta ninguna hortaliza de invernadero, pues hay poco margen para la expansión del cultivo. En determinadas épocas del año, incluso hay un exceso de producción. "Entonces los precios caen inevitablemente, aunque el cultivo finlandés en invernadero es en general rentable". Dado que el sector es tan pequeño y el mercado es limitado, las empresas de inversión aún no han desarrollado un gran interés por el cultivo finlandés en invernadero, a diferencia de lo que ocurre en países como España y los Países Bajos. "Pero los desarrollos suelen tardar cinco años en llegar, así que todavía es posible", agrega Lassi.

El año pasado, todo el sector finlandés de los invernaderos se valoró en 410 millones de euros, de los cuales 306 millones correspondieron a hortalizas y hierbas, 4 millones a frutos rojos y 100 millones a plantas ornamentales. Los invernaderos del país produjeron 37,59 millones de kilos de tomates estándar, de los cuales 7,4 millones de kilos fueron especialidades de tomate, 53,1 millones de kilos de pepinos y 10,7 millones de kilos de lechugas y hierbas.

Importaciones de especialidades
La asociación mantiene buenas relaciones con los tres mayores retailers del país, Inex, Kesko y Lidl. Además, los consumidores finlandeses prefieren los productos locales. Dichos factores explican que se ofrezcan tantos tomates y pepinos al mercado local. "Por supuesto, como el precio sigue siendo un problema, todavía hay espacio para los productos de importación", continúa Niina. "Si se le pregunta a un finlandés qué hortalizas prefiere, dirá que productos locales y luego de cultivo sostenible. Pero a la hora de la verdad, el precio suele ser el factor decisivo".

"En otoño, nuestros tomates no pueden competir en precio con sus homólogos polacos, más baratos. Los tomates españoles y holandeses están disponibles todo el año. El cultivo especial finlandés, en particular, aún no está plenamente desarrollado, aunque eso está cambiando gradualmente. Por ejemplo, el rendimiento medio de los tomates ha bajado de 44 kg/m² en 2019 a 38 kg/m², lo que no se debe a unas prácticas de cultivo más deficientes, sino a una expansión de la superficie de cultivos especializados".

Los tomates redondos estándar pueden rendir entre 80 y 100 kg/m², y los pepinos una media de 102-111 kg/m². "Pero los mejores productores cosechan hasta 200 kilos de pepino por metro cuadrado", indica Lassi, que afirma que Finlandia no tiene obtentores. El país importa todas sus semillas, y los productores las prueban para ver qué variedades funcionan mejor en sus invernaderos. Las empresas holandesas Rijk Zwaan y De Ruiter Enza Zaden figuran como los mayores proveedor de semillas del sector del tomate.

Foto: Kauppapuutarhaliitto ry

Lo local supera a lo ecológico
También la superficie ecológica de Finlandia se mantiene estable desde hace décadas. Para las personas cuyos hábitos de compra incluyen el respeto por el medio ambiente, el cultivo local supera actualmente al ecológico, afirma el equipo. El razonamiento es, entonces, "por qué comprar verduras ecológicas de lugares lejanos cuando hay productos locales disponibles, sobre todo si se cultivan, casi sin productos químicos, en invernaderos. Además, todo el mundo sigue estudiando detenidamente la situación, dadas las nuevas normas de la UE sobre el cultivo ecológico", explica Lassi. "El cultivo ecológico podría estar totalmente libre de productos químicos, pero la nueva normativa de la UE exige la conexión de las raíces con el suelo, con alguna excepción, pero de momento es posible cultivar sin conexión con el suelo en sustratos de cultivo".

"Nadie quiere invertir en la ampliación del método de producción por el momento. La situación es aún demasiado incierta. Llevamos años utilizando la misma filosofía y protocolos de cultivo ecológico. Así que el sector tardará en adaptarse a la nueva normativa. En cualquier caso, desde el punto de vista medioambiental, el cultivo en invernadero tiene una buena imagen porque utiliza estrategias integradas de protección de cultivos y muy pocos productos químicos".

Foto: Kauppapuutarhaliitto ry

Utilización de madera para la calefacción
Los invernaderos finlandeses se calientan principalmente con astillas y pellets de madera. "Finlandia tiene una enorme industria maderera que, por supuesto, beneficia al sector de los invernaderos. Además, las astillas suelen introducirse en los quemadores de forma automática, por lo que no se necesitan trabajadores adicionales para ello. Algunos productores también queman turba, otra materia prima típica de Finlandia. Utilizamos muy poco gas, pues la madera y la turba son más baratas. Para la iluminación, los productores utilizan electricidad de la red nacional, lo que les permite obtener beneficios fiscales. Las centrales nucleares y los molinos de viento generan la mayor parte de la energía de Finlandia. Pero hace 15 años, las cosas eran completamente diferentes; la mitad de la calefacción y la iluminación seguían dependiendo del petróleo, el gas natural y el carbón. Hoy en día, esos combustibles fósiles tienen una cuota inferior al 10%", continúa Nina.

Estadísticas del instituto LUKE

Solo sabe de un agricultor que no haya podido plantar este invierno por los altos precios de la electricidad. "La mayoría tiene contratos de electricidad a largo plazo y, por tanto, no están sujetos a los precios volátiles. La madera para la calefacción es relativamente barata, y aunque puede hacer frío en invierno, los cielos finlandeses suelen ser abiertos y azules. Sin embargo, si los precios de la energía siguen siendo elevados, varios productores pasarán, sin duda, apuros. Pero algunos habrán llegado a la edad de jubilación en pocos años y lo habrán dejado de todos modos. Sin embargo, hay algunos productores que utilizan menos iluminación. Y aunque eso produce menos rendimiento, hace que los precios de mercado sean más altos".

La asociación calcula que, entre 2004 y 2017, la huella de carbono del sector finlandés de los invernaderos se redujo un 56%. "Hace cinco años, los tomates tenían una huella de carbono de 2,6 kg/kg de producto; para los pepinos, era de 2 kg, y para las lechugas, de 2,7 kg. Eran más altas que en España, pero nuestros mejores productores ya alcanzan niveles inferiores a la media española", comparte Lassi.

Desafíos
Al igual que en otros países, el aumento de los costes de producción también está causando dolores de cabeza a los productores de invernadero finlandeses. "A corto plazo, los costes de producción son el mayor problema, especialmente para los pequeños productores. A largo plazo, veo que la disponibilidad de la mano de obra y, como se ha mencionado antes, la sucesión dentro de las empresas de cultivo son un problema. Pero por ahora, los problemas de mano de obra no son tales como para que los agricultores se planteen la automatización total. A nuestras pequeñas empresas les cuesta demasiado invertir, por ejemplo, en robots para los invernaderos. Sin embargo, las instalaciones de envasado están cada vez más automatizadas".

Pero la política europea podría suponer la mayor amenaza. "Hace dos años hicimos una encuesta entre nuestros miembros", explica Niina, "y el 90% dijo que dejaría el negocio si se prohibiera la turba como sustrato de cultivo. Actualmente es el sustrato de cultivo más importante en Finlandia, donde los productores rara vez utilizan sustrato de coco. Pero el futuro de la turba pende de un hilo: podría prohibirse su corte y clasificación como producto. Su uso podría hacer que las empresas no tuvieran acceso a las subvenciones. Esperamos que los responsables políticos comprendan que es un producto local para Finlandia y Europa, y no el coco. Y que es un importante sustrato de cultivo para todo el sector europeo".

Foto: Kauppapuutarhaliitto ry

Hecho en Finlandia
Dejando a un lado la cuestión de la turba, el futuro de la horticultura finlandesa en invernaderos parece en general brillante, sobre todo por la elección de los consumidores finlandeses de productos cultivados localmente. "Y estamos respondiendo con entusiasmo a ello. Estamos plenamente comprometidos con la comercialización de todos los productos finlandeses de invernadero. Tenemos una marca y un logotipo de calidad, e incluso podemos decir que hemos contribuido en gran medida a esa buena demanda de productos locales. Llevamos promoviendo los productos 100% finlandeses desde los años 80. Por cierto, los productores financian la campaña de comercialización. Contribuyen en la medida en que sus respectivos niveles de producción lo permiten. No recibimos ninguna ayuda del Gobierno para ello; nos ocupamos nosotros mismos. Estamos presentes en las redes sociales y nos anunciamos en los medios de comunicación escritos. El 90% de los finlandeses reconocen nuestro logotipo", concluye Niina.

 

Para más información:
Niina Kangas
Kauppapuutarhaliitto ry | Puutarha&kauppa
www.kauppapuutarhaliitto.fi/ 
www.puutarhakauppa.fi/ 

Fecha de publicación: