Si bien los encontramos habitualmente en la sección de hortalizas de las tiendas y supermercados, hay que recordar que los hongos pertenecen a un reino biológico aparte del vegetal, de los 5 diferentes en los que se pueden clasificar los organismos vivos en función de su parentesco evolutivo, el reino Fungi. Y sus características biológicas únicas que les permiten diferenciarse taxonómicamente del resto de seres vivos del planeta los convierten no solo en un interesante alimento, sino también en auténticas biofactorías cuyo potencial, tanto en diversidad como en aplicaciones, está empezando a desarrollarse, como explica la española Marisa Peña.
“España es el cuarto productor a nivel mundial de champiñón y el primer productor europeo de seta Pleurotus. Estos dos hongos son los más cultivados en el país, seguidos en importancia por el shiitake, que se engloba dentro de lo que llamamos hongos exóticos o gourmet”, comparte la gerente de Mushrooms Solutions, con más de tres décadas de experiencia en el sector de los hongos.
“Hace unos 15-20 años ayudé a la introducción del cultivo del shiitake en España. Desde entonces, su consumo ha aumentado mucho y, aunque el desarrollo del mercado para nuevas especies de hongos cuesta mucho, la tendencia actual en el sector de los hongos es la diversificación hacia nuevas especies como pueden ser la seta de chopo, la seta de cardo, la melena de león o la flammulina. Hay toda una gama de hongos aún por desarrollar porque, en realidad, los hongos son, después de los insectos, el segundo grupo de organismos más amplio del planeta. De hecho, solo se han desarrollado para su cultivo unas 20-25 especies; y pueden existir alrededor de un millón y medio de especies de las cuales un gran número ni siquiera ha sido descrito aún”.
Alimentos nutritivos con propiedades medicinales
Los champiñones y las setas cultivadas, así como las esperadas setas silvestres estacionales, ya forman parte habitual de nuestra dieta; pero aún existe un amplio margen de crecimiento en el mercado. “En España, el consumo de hongos ha ido subiendo y hoy en día estará en torno a unos 2 kilos por persona y por año, aunque aún está muy alejado del consumo per cápita en relación con los países asiáticos con una mayor tradición en el consumo de setas, que es de alrededor de 10 kilos”, señala Marisa (en la foto).
“A nivel nutricional, los hongos son alimentos muy bajos en grasa y en sodio, pero muy ricos en contenido proteico y en aminoácidos esenciales y vitaminas, como la vitamina D, que normalmente se obtiene en bajas dosis a través de la alimentación y en mayor medida de alimentos de origen animal, por lo que los hongos constituyen una fuente de proteínas de calidad importantísima en el contexto actual de una tendencia cada vez mayor a una alimentación vegetariana o vegana”.
“También es necesario apuntar que el cultivo de hongos es muy sostenible. Para la elaboración del compost donde se cultivan se utilizan subproductos provenientes de la agricultura o de la ganadería. Es decir, utilizamos productos que de otra manera serían residuos, para obtener de forma económica proteínas de alta calidad en forma de hongos”, resalta.
“Además, sus compuestos les hacen tener propiedades medicinales muy importantes que están siendo investigadas en las principales universidades y centros de investigación de todo el mundo. Se ha demostrado que, entre otros beneficios, los hongos ayudan al control del colesterol, de la hipertensión, son antitumorales e inmunomoduladores. De hecho, próximamente va a haber un congreso en Belgrado que se focalizará en las propiedades medicinales de los hongos y en los últimos avances”.
“Por todo esto, bajo mi opinión, son muy importantes las campañas de promoción que fomentan su consumo y que en el caso de España se apoye a un sector tan emblemático en nuestras regiones. Además, las producciones españolas cumplen con todos los requisitos fitosanitarios y de seguridad exigidos en Europa frente a las importaciones, que en más de una ocasión han sido objeto de alertas por contener conservantes como formol, un producto altamente cancerígeno con el que se consigue que tras el largo transporte el producto se conserve en unas condiciones correctas visuales, pero no desde el punto de vista sanitario”.
Potencial biotecnológico
El uso de los hongos como alimentos por sus propiedades nutricionales es el más evidente; no obstante, “también tienen un importante potencial biotecnológico”, subraya la experta. “Los hongos pueden ser empleados para la obtención de extractos, enzimas, colorantes, biofertilizantes, agentes de biocontrol para la lucha biológica, moléculas con actividad biológica... con aplicaciones en industrias tan diferentes como la cosmética, farmacéutica, textil, papelera o química”.
Biomateriales a base de micelio.
“Por ejemplo, últimamente estamos trabajando en la utilización del micelio de los hongos para obtener biomateriales con unas propiedades muy interesantes que los convierten en una alternativa a los plásticos. Estos biomateriales fúngicos son ignífugos, ligeros, resistentes, compostables y biodegradables, y se pueden utilizar para múltiples aplicaciones: en la industria del packaging, como material aislante o de construcción, para obtener sustitutivos de la piel, e incluso para fabricar circuitos electrónicos”.
Micoplástico.
“Todos estos enfoques para tratar de buscar un valor añadido, suplementario a únicamente el uso nutricional de los hongos, es en lo que se centra Mushroom Solutions. De hecho, estamos inmersos en la búsqueda de programas y de proyectos para seguir impulsando todas estas ideas de desarrollo de biomateriales y la idea de entender los hongos como organismos biotecnológicos que nos pueden ayudar en el desarrollo de productos para diferentes tipos de industrias”.
“Estoy convencida que este siglo, el siglo XXI, va a ser el siglo del desarrollo de los hongos como biofactorías. Estamos en el inicio, vamos conociendo cada vez más cosas pero todavía nos queda mucho por conocer del reino de los hongos, que por algo son un reino aparte”.
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Marisa Peña
Mushrooms Solutions
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