En Fruit Logistica, MSP anunció que invertiría en una máquina de clasificación óptica de cebollas de 12 carriles del fabricante Eqraft. "Esperamos que más procesadores se unan a nuestro proyecto en el futuro. Nos necesitamos los unos a los otros para avanzar. Tenemos todos los ingredientes, desde asesoramiento, diseño y montaje hasta mecanización y automatización completas para construir la fábrica del futuro", asegura el gerente comercial Rutger Keurhorst, de Eqraft.
Enfatiza que Eqraft –una nueva empresa creada a partir de la fusión de ERC, Qreenno y Propak– no solo se dedica a la tecnología de clasificación óptica. "Queremos ser un proveedor de proyectos completos, guiado por lo necesario para sacar el máximo partido de una fábrica en cuanto a eficiencia, eficacia y rendimiento planificado. Ser un socio fiable y ser capaz de escuchar con atención los intereses de los clientes, de eso se trata. Los conocimientos y la innovación son herramientas para traducir todo ello en unos resultados reales. Y eso es precisamente para lo que hemos seleccionado a nuestros socios en la Onion Tech Alliance (OTA) de las diversas profesiones en los últimos tiempos. Ofrecemos una solución completa para las empresas procesadoras de cebollas, desde la recepción hasta la limpieza, la succión, la clasificación, el almacenamiento, el pesado, el envasado y la paletización. Cada una de las partes aporta su propia especialización: Eqraft (diseño de producto y técnica de producción para clasificación, procesamiento y envasado), Deprez Handling Solutions (transporte interno y técnica de almacenamiento), Modesta (técnica de separación y extracción de tierra) y Symach (paletización). Además, colaboramos estrechamente con Tomra para la fase de preclasificación".
"Ya no se puede abordar el procesamiento y el envasado como una serie de elementos independientes. Las diferentes máquinas que intervienen en la cadena de producción apenas se comunican entre sí ni siquiera hoy en día, pero dado que existe una gran dependencia mutua, se hace necesario un enfoque integral. La OTA ofrece ahora un socio de conversación abierta y una solución para la totalidad del proceso", continúa Rutger. "A pesar de que apenas se pone en funcionamiento en Países Bajos, técnicamente estamos lo bastante avanzados como para unir todas las máquinas de una forma inteligente. Esto se consigue a través de una capa adicional de software (WorkFloorAutomation, o WFA), que se comunica tanto con la gestión de línea directa como con el paquete ERP. Un operador puede cargar un pedido a su tableta y el sistema elegirá la forma más eficiente de sacarlo con los tiempos mínimos de reajuste. Todas las máquinas de la misma línea se comunican entre sí para poder reconstruir una línea completa con tan solo pulsar un botón".
No cabe duda: la fábrica del futuro pasa por una autonomía mucho mayor que la de las empresas actuales. La fábrica adapta su producción cuando la demanda cambia y, cuando hay un corte del suministro eléctrico, el sistema pensará en una ruta alternativa. Solo cuando el sistema no pueda encontrar una solución, se requerirá la intervención manual, por lo que los operarios no serán totalmente superfluos. Una ventaja añadida a esa autonomía es que los encargos a medida y las cantidades pequeñas se podrán sacar adelante de forma mucho más sencilla y fácil, porque las máquinas se pueden configurar ellas solas. Además, la autonomía significa que la fábrica ya no será una disposición estática de componentes. Por ello, los analistas comparan las fábricas Industry 4.0 con kits de Lego; una empresa –que dependa de la oferta y la demanda– puede añadir y retirar módulos. Todo eso suena muy bien, por supuesto, pero para llegar al internet de las cosas se necesita una apertura mucho mayor en la cadena de producción. Esto a menudo da lugar a puntos de tensión en el campo de la mecánica, lo que provoca bloqueos del flujo total. Este es, precisamente, el motivo por el que los miembros de la OTA decidieron operar dentro de una alianza, para conseguir esa apertura y coordinación. "Tan solo entonces dispondremos de fábricas inteligentes que se adapten sin fisuras el 'principio 4.0', el equivalente al internet de las cosas que debería garantizar que todas las máquinas, productos y servicios formen parte de una sola red y compartan información –tanto dentro de la fábrica como fuera de ella– para lograr una producción óptima, un mantenimiento predecible y un trabajo a la medida del cliente".
"Nuestro objetivo es ofrecer a nuestros clientes una solución completa. La era de construir y vender máquinas por separado que apenas se comunican ha llegado a su fin, en lo que a nosotros respecta. Puesto que en Eqraft diseñamos, fabricamos y programamos nuestras máquinas, también tenemos control del desarrollo y la coordinación mutua posteriores. Es mucho más que comprar máquinas de terceras partes actuado como una especie de coordinador de proyectos para ensamblar una línea procesadora. En los últimos meses hemos procurado posicionar a Eqraft en el mercado y ahora depende de los clientes el que quieran unírsenos en este proceso. El cliente no está comprometido con todos los proveedores de la OTA, pero depende de nosotros demostrar que la combinación ofrece un valor añadido directo. Gracias al número de grandes pedidos que hemos tenido últimamente, entre ellos uno de MSP, se han dado los primeros pasos y eso, obviamente, nos da energía y confirma el camino tomado. Cuando veo lo que tenemos ahora mismo en nuestras mesas de diseño, no tengo ninguna duda de que será imitado en el futuro. El objetivo no son solo las grandes fábricas; los proyectos y los clientes de menor tamaño hacen frente a una mano de obra cada vez más cara y menos trabajadores (extranjeros) disponibles dispuestos a aguantar el polvo, el ruido y las largas horas de trabajo en los almacenes de cebollas".
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Eqraft
Rutger Keurhorst