GEGE Machinebouw presentó líneas de corte de productos agrícolas mediante chorro de agua hace alrededor de una década. Esta innovación que consiste en usar un chorro de agua móvil a modo de cuchilla para cortar puerros se ha convertido en una práctica habitual entre los productores de esta hortaliza. Con todo, siempre ha sido un cuello de botella el posicionamiento de los puerros en la máquina porque debían colocarse a una distancia fija.
"Es como cortarse las uñas. Si apuras mucho, te llevas un poco de las raíces también, pero si cortas demasiado hacia la carne, pierdes volumen y limitas la vida útil", explica el director de esta empresa holandesa de ingeniería, Bart van Schaijk, problema que su empresa ha resuelto gracias a un sistema de cámaras basado en inteligencia artificial (IA).
"El posicionamiento de los puerros es la clave. Estas hortalizas tienen muchas longitudes y espesores. Con el corte con agua tradicional, a menudo el tamaño resultante es demasiado corto o demasiado largo. Con el método antiguo, hasta el 70% de los puerros tenían que ser manipulados por un trabajador después. Ahora, gracias a la incorporación de esta cámara, la máquina reconoce dónde empiezan las raíces para que podamos dirigir la cuchilla de agua a la posición correcta exacta. Si los puerros están limpios, a veces es posible alcanzar una precisión de corte de hasta el 95%. Si no están limpios, la precisión es del 90% de todas formas. Esas partes de los puerros que las cámaras no ven se cortan, como es habitual, en una posición fija. Eso ahorra mucha mano de obra, pero, sobre todo, el producto final presenta una mejor calidad porque cortar la base de raíces en el lugar correcto garantiza una vida útil máxima y una pérdida de producto mínima".
Según Bart, el corte mediante chorro de agua tiene muchas ventajas. "El chorro de agua móvil corta las hortalizas de forma eficiente, higiénica y precisa. Un chorro de agua presurizada a alta velocidad corta el producto a la perfección por el punto exacto. Los sistemas de corte tradicionales desafilan las cuchillas enseguida, lo cual afecta negativamente al corte. Otra ventaja del corte con agua es que la cuchilla no se desafila. Cada diez milímetros, el puerro se corta con una cuchilla nueva", indica.
"El resultado es un filo muy afilado que mejora la vida útil del producto. El agua sale de la boquilla a 600 metros por segundo. Esto resulta especialmente higiénico, pues evita que los hongos y los gérmenes se transmitan a través de la cuchilla y así la máquina tampoco daña los productos. La capacidad se mantiene igual: 160 puerros por minuto. La investigación demuestra que esta técnica mejora la vida útil de los puerros bastantes días".
Modelo de demostración
Este nuevo sistema con cámara se desarrolló el año pasado y GEGE espera entregar las primeras máquinas este año. "Tenemos un mercado mundial; facturamos la mitad de nuestros ingresos en los Países Bajos y el resto en el extranjero. También hemos vendido cortadoras de chorro de agua en lugares como Canadá, Reino Unido, Escocia, Alemania y Bélgica", explica Bart.
"El corte mediante chorro de agua no está indicado para todos los productos. Por ejemplo, las pruebas con determinados tipos de queso duro y huevos hervidos no dieron los resultados deseados. Resultó adecuado para frutas y hortalizas como puerros, lechugas y fruta. La utilidad de esta técnica podría discutirse hasta la saciedad, pero la mejor forma de probarlo es en la práctica. Por eso tenemos un modelo de demostración, para que las empresas puedan probar este método con sus productos".
"El sistema de cámara integrado completa el círculo. Al fin y al cabo, puedes tener una máquina automática fantástica, pero si algo sale mal durante la colocación del producto, no lograrás el resultado deseado. Lo vemos, por ejemplo, con los pimientos. No es demasiado difícil cortarlos correctamente; el problema es posicionarlos como toca. Intentamos hacerlo integrando vibradores, cintas transportadoras y robots. Además, nuestras cámaras no tienen un sistema de visión estándar, utilizan IA. Eso promete algo de cara al futuro, pues el sistema es cada vez más inteligente. Cuantas más máquinas vendemos, más precisión adquiere el sistema", concluye Bart.
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Bart van Schaijk
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