Ahora en enero ha concluido la temporada de la pitaya, que esta campaña se ha beneficiado de las temperaturas que ha estado haciendo desde el mes de marzo y que ha permitido una buena producción de las plantaciones maduras de la península, como las de Rosa Pitaya.
“Con este, ya llevamos 7 años en el negocio de la pitaya y, como el tiempo ha acompañado, la campaña ha salido bastante bien. Además, los precios han estado a buen nivel, aunque es cierto que yo vendo directamente a mayoristas y supermercados en vez de trabajar con cooperativas o lonjas”. Porque la diferencia, como señala José Manuel Rodríguez Pastor, es más que notable. “En mi caso he estado vendiendo mis pitayas sobre 8-10 euros por kilo los calibres grandes, mientras las lonjas, en agosto y septiembre, que es cuando se junta la mayor producción de pitaya en España, han estado ofreciendo por los calibres medianos –porque los calibres pequeños no los quieren– entre 1,5 y 2 euros por kilo”.
“Con eso no se sacan ni los gastos del cultivo, porque hay que recordar que el cultivo de la pitaya es bastante costoso y exige mucha dedicación. Solo la polinización, por ejemplo, hay que hacerla de forma manual y en la noche, porque las flores solo se abren de noche y hasta primeras horas de la mañana; este verano sin ir más lejos en menos de una semana polinizamos 9.000 flores, a una media de 300 flores por hora, lo que requiere una gran cantidad de mano de obra”.
Además, al ser una fruta no climatérica y no evolucionar una vez cosechada, hay que ir cortando la fruta cuando madura y alcanza su máximo dulzor. “Aunque eso es lo que diferencia las pitayas españolas de las importadas de Latinoamérica, ya que, para que aguanten el transporte hasta Europa, tienen que cortarse antes de madurar completamente y no alcanzan el dulzor que se espera de la fruta. De hecho, es algo que mis clientes me dicen, y cuando empiezo la campaña me falta fruta por todos lados porque los mayoristas están esperando poder cambiar a la fruta española”.
“La producción de pitaya en invernadero se duplica e incluso casi se triplica”
La producción de pitaya ha crecido en los últimos años, y concretamente en la zona de Valencia, Alicante y Murcia, donde “se está plantando bastante”, destaca José Manuel. “Nosotros las cultivamos en 2 invernaderos de plástico de 1.500 metros cuadrados cada uno, y en otro de 500 m de malla, y la diferencia de producción es más que evidente: en los invernaderos de plástico se duplica e incluso casi se triplica”, comparte José Manuel.
“Por la zona de Alicante conozco agricultores que están plantando la pitaya en la calle, pero en comparación con un invernadero, la producción es menor, ya que tarda más en empezar y la planta deja de echar frutos antes, y además, esa fruta va a salir al mercado en los meses en los que todo el mundo tiene, por lo que no va a ser todo lo rentable que se podría pensar”.
“Por ahora es una fruta que, dentro de su dificultad y de los gastos que conlleva, está yendo bien, pero la pregunta es cómo de rentable será de aquí a unos 5 o 6 años, cuando todas estas plantaciones nuevas entren en plena producción. El problema es que cuando algo funciona, todos van a lo mismo, y puede ocurrir que el mercado se venga abajo, como ya ha ocurrido con otros productos, como el limón”.
“Hace unos años estuvo a euro, euro y pico por kilo, y eso hizo que aumentaran las plantaciones; de hecho, hace una semana Ailimpo decía que en 8 años se habían plantado 7 millones de limoneros. Esperemos que el sector de la pitaya no llegue a esos extremos en los que los precios lleguen a ser un desastre”.
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Rosa Pitaya
Alicante, España
Tel.: +34 655 97 40 91
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