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Noruega: Bama se distancia de los proveedores italianos

Bama-Gruppen AS es el mayor distribuidor privado de fruta y verdura en Noruega. Bama pertenece al sector mayorista de los productos hortofrutícolas nacionales e importados. La compañía tiene cinco divisiones: minoristas, industria, instituciones, flores y establecimientos de conveniencia. Esto implica suministro a los mayoristas NorgesGruppen y al mercado minorista con Reitangruppen.

En los últimos años, el grupo ha recibido cierta publicidad negativa. El principal periódico del país, el Afterposten, ha estado publicando con regularidad los errores de la compañía. El motivo de estos errores radicaba en los proveedores italianos, que suministraban tomates, naranjas, limones, kiwis, olivas, melones, pomelos y melocotones del sur del país, entre otras cosas, y contra los que ha habido acusaciones de corrupción, de tener lazos con la mafia y de explotación de trabajadores.

“Ha sido horrible”, recuerda el director ejecutivo Øyvind Brisa. “Teníamos un sistema inflexible de explotación y regateo en el país. Cuando comenzó la colaboración hace catorce años, había mucho trabajador ilegal y blanqueo de dinero de la mafia. Muchos recolectores de tomate del sur de Italia eran explotados y trabajaban por una miseria”. Según el Aftenposten, que fue el que inició la investigación, los trabajadores llegaban a trabajar entre diez y quince horas diarias, no tenían derechos y apenas se les pagaba. Muchos eran víctimas de abusos graves. Incluso se referían a los recolectores como esclavos modernos.

Cortar por lo sano
La compañía noruega comenzó a investigar la situación más a fondo. La cadena resultó ser larga, turbia y oscura. Los representantes y los intermediarios tenían el control total sobre el flujo de mercancías y dónde se compraban. Bama nunca tuvo contacto directo con los productores. “No teníamos control sobre las mercancías que nos llegaban ni sobre cómo se producían. Y eso era inaceptable”.

Aunque a Brisa se le advirtió que dejara las cosas como estaban, Bama ha estado trabajando en cortar por lo sano durante los últimos años. “No éramos los únicos que queríamos cambiar”, comenta el director. “Otros suministradores italianos estaban frustrados con la forma en la que trabajaban sus colegas corruptos. Aparte de las degradantes condiciones de los trabajadores, el sistema de explotación creaba una competencia desleal: como estafaban al sistema y pagaban a los trabajadores muy por debajo del salario mínimo, podían hacer una oferta más barata”.

Manzanas podridas
Bama empezó a deshacerse de las manzanas podridas. La cadena se hizo menos oscura: los intermediarios se eliminaron de manera que Bama tenía contacto directo con los productores y los distribuidores. “Instauramos nuevos códigos de conducta y normas”, explica Øyvind Brisa. “Al final pudimos llegar hasta los calendarios y los contratos y pudimos empezar a sanear la organización”. Mientras, Bama ha estado colaborando estrechamente con las organizaciones y los sindicatos locales.

El director ejecutivo de Bama reivindica que se ha cortado por lo sano. “Por lo que sabemos, nuestra cadena de suministro en Italia se ha limpiado. Hay oportunidades de trabajo formales, hay empleados con contratos y salarios mínimos que trabajan las horas que prescribe la ley y que reciben sus pagas por las horas extra. Pero nosotros no lo sabemos todo, debemos seguir alerta”.

Reconocimiento internacional
La estrategia de los 128 negocios ha sido reconocida por la Organización Internacional del Trabajo de la ONU, la OIT. Amnistía en Noruega también ha declarado que Bama se ha esforzado mucho por evitar la violación de los derechos humanos en su compañía. En estos momentos Bama goza de reconocimiento internacional por la forma en la que busca mejorar la ética y las condiciones también en Italia.

“Nunca podremos garantizar completamente que todo sea correcto”, explica Brisa, “pero podemos garantizar que haremos todo lo que podamos para prohibir estas prácticas tan dañinas. Si recibimos indicios de que algo va mal, trabajamos inmediatamente en ello”.

Fuente: Aftenposten

Fecha de publicación: