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El Grupo Alta cumple 30 años

De 60 hectáreas en 1991 a más de 10.000 en la actualidad

Lo que comenzó como un proyecto de 60 hectáreas de uva de mesa en 1991 se ha convertido en una de las mayores empresas agrícolas de México. Con más de 11 fincas diferentes y más de 10.000 hectáreas de cultivo en todo Sonora, además de nuevos proyectos en Jalisco y Baja, México, Grupo Alta celebra 30 años en el negocio, un hito importante para la empresa agrícola.

Al poco tiempo de comenzar la empresa, la meta era clara: querían cultivar productos frescos y de mejor sabor para los consumidores.

Grupo Alta cuenta con más de 11 fincas y más de 10.000 hectáreas de cultivo en todo Sonora, además de nuevos proyectos en Jalisco y Baja California.

Cuando la empresa fue fundada por Enrique Camou Mendoza, Carlos Bon Echavarría y Alan Ricardo Aguirre Ibarra, sabían que tenían la oportunidad de ser pioneros debido al éxito de su primera finca, La Cuesta, que entonces producía uva de mesa Flame y Perlette. Aunque les costó unos 12 años y muchos desafíos, se establecieron en el terreno.

Responsabilidad social
En 1992, una vez que el Grupo Alta se había consolidado, los directivos de la empresa sabían que, si querían producir las mejores frutas y verduras, tendrían que crear rápidamente programas sociales sólidos dentro de la organización, programas que se centraran en la formación práctica para el cultivo, el cumplimiento de las normas laborales, unas condiciones de trabajo cómodas para los trabajadores, etc. Eso hizo que la empresa se convirtiera en uno de los primeros productores de México en obtener la certificación de Comercio Justo, una norma social muy reconocida en todo el sector.

"La responsabilidad social ha sido y será siempre el área más importante para Grupo Alta", añade Alan Aguirre, presidente y director general de Grupo Alta. "Nuestros agricultores, colaboradores y personal son el corazón de la empresa, y este es uno de los factores que contribuyen a que llevemos 30 años produciendo productos frescos y saludables llenos de sabor cultivados de manera ecológica y sostenible".

Grupo Alta es uno de los primeros productores de México en obtener la certificación de Comercio Justo.

Antes de obtener su certificación de Comercio Justo, Grupo Alta siempre mantuvo sus prioridades enfocadas en la responsabilidad social. La empresa inició un programa social, la Fundación Alta, que se creó internamente alrededor de 1995, un poco antes de que el movimiento de Comercio Justo comenzara en Alemania alrededor de 1997. Fue en 2005 cuando las ruedas de la Fundación Alta empezaron a moverse (literalmente), y la empresa comenzó a proporcionar una serie de servicios, como clínicas móviles que van de plantación en plantación ofreciendo a los agricultores servicios médicos, atención odontológica y oftalmológica.

Aunque los principios fundamentales, aparte de las opciones médicas, se centran en el bienestar y el desarrollo social de los empleados y colaboradores de cada plantación. Para la Fundación Alta, la clave es fomentar la autoestima para que cada persona se sienta orgullosa y segura de su trabajo. Fueron estos principios los que crearon un ambiente "como el de Disney" y los que hicieron que los colaboradores regresaran cada temporada.

Productos ecológicos
A mediados de los años 90, Grupo Alta comenzó a invertir en la producción ecológica y se convirtió en el primer productor ecológico de México. En ese momento, y antes de que los productos ecológicos fueran una tendencia en los retailers de Estados Unidos, la empresa sabía que, si quería longevidad y estabilidad, también tendría que centrarse en cuidar las plantas y los suelos, en lugar de depender únicamente de lo que las plantas producen para ellos. Desde entonces, Grupo Alta sigue siendo el principal proveedor de uva de mesa mexicana para los mercados estadounidenses.

Tras años de éxito abasteciendo a los retailers estadounidenses y a ciertas zonas de Asia, Inglaterra y Latinoamérica, Grupo Alta quiso crear una identidad mayor que representara su filosofía central de calidad y sabor. Fue en 2007 cuando esa identidad cobró vida con el nacimiento de su marca, Divine Flavor, que representa al productor y a otras empresas agrícolas de México y Sudamérica. Ahora, Divine Flavor actúa como el brazo comercial de la empresa y centro de distribución en Nogales, Arizona.

A mediados de la década de 1990, el Grupo Alta comenzó a invertir en la producción ecológica.

Poco después de que se estableciera Divine Flavor, Grupo Alta comenzó a producir múltiples variedades de uva como Cotton Candy, Jellyberries (una uva morada), Gummyberries (una exclusiva, roja sin semillas) y otras variedades verdes sin semilla de alta calidad. Después de años de ser un productor de uva afianzado, Grupo Alta tenía la experiencia para cultivar estas variedades para ayudar a diferenciar Divine Flavor como una marca única. Además de contribuir a la línea de productos de la marca, Grupo Alta comenzó a producir otros productos como tomates, pepinos y sandías.

La experiencia de Grupo Alta en el sector del cultivo de la uva le ha dado la oportunidad de participar exclusivamente en programas privados y gubernamentales de obtención de uva, que complementaron en gran medida sus viñedos produciendo variedades más nuevas y dulces.

Para ayudar a aumentar la selección de productos ecológicos para Divine Flavor, Grupo Alta unió fuerzas con otros proyectos agrícolas para crear invernaderos ecológicos en Baja, México (conocidos como Alta C1 Organics), utilizando las tecnologías e infraestructura de Alta, que habían sido exitosas en las plantaciones fundadoras de Sonora. A partir de eso, se formó la empresa Viva Orgánica, que ahora es el principal productor ecológico de especialidad para Divine Flavour, con ubicaciones adicionales en Culiacán y Sayula, México.

Durante los últimos 30 años, Grupo Alta ha sido un ejemplo de empresa agrícola de éxito en el sector actual. Sus logros han llevado a la producción de millones de toneladas de productos desde su primer envío en 1991, haciéndolo de manera responsable, sostenible y ecológica.

"Es un gran logro llegar a los 30 años en este sector y estamos orgullosos de cada persona, miembro del personal, proveedor y cliente que nos ayudó a llegar a este punto", continúa Aguirre. "Nuestra empresa se construyó desde la familia y está llena de inspiración de todos ellos".

"Grupo Alta es sinónimo de pasión, lealtad, solidaridad, respeto y responsabilidad social/ambiental. Mientras seamos una empresa, será nuestra misión producir con excelencia y brindar a los clientes y a sus consumidores una experiencia de primera clase con nuestros productos".

 

Para más información:

Michael DuPuis
Divine Flavor
Tel.: +1 (520) 281-8328
mdupuis@divineflavor.com 
https://divineflavor.com/ 

Fecha de publicación: