
Las medidas fitosanitarias son las regulaciones para impedir la introducción o propagación de plagas. En la actualidad, las medidas fitosanitarias más utilizadas involucra temperaturas extremas y fumigantes (fumigación con bromuro de metilo).
El análisis de Hallman (2011) describe el uso de la irradiación no sólo para el comercio de alimentos, sino que también en su mayoría artículos no alimentarios. Además se discute la historia, el uso actual de la irradiación, y sus futuras aplicaciones.
La irradiación ionizante difiere de todos los otros tratamientos, ya que el final del tratamiento no es la mortalidad total, pero es la prevención de un desarrollo biológico posterior y la reproducción de las plagas, pero este aspecto obstaculizar tanto el desarrollo tecnológico y la regulación de la irradiación como tratamiento fitosanitario.

En la actualidad, las batatas y frutas exóticas (mango, guayaba, litchi, rambután, papaya, cítricos, banano, etc.) se irradian en seis países para controlar las plagas de cuarentena. EE.UU. y Nueva Zelanda importar estos productos, que deben llevar la etiqueta de "tratado con radiación" o "tratado por irradiación".
El aumento del mercado de productos irradiados ha permitido identificar las posibles dosis genéricas que podrían proporcionar el control de diversos grupos de plagas: 100 Gy para la mosca blanca y pulgones, 250 Gy para los trips, 350 Gy para las pupas lepidópteros, ácaros y artrópodos.
En comparación con las otras medidas fitosanitarias, el tratamiento de irradiación es el más tolerado por la mayoría de los productos frescos, permite tratar las frutas sin dejar residuos. Sin embargo, la aplicación de irradiaciones no es aceptado por la agricultura ecológica, y su uso comercial no ha llegado a una economía de escala óptima debido a la falta de instalaciones, su coste, y su incapacidad actual para ser viable en la planta de empaque.