El concepto 'Clean Label' se está convirtiendo en un estándar global

En los últimos años, no sólo se ha impulsado la oferta de productos ecológicos, sino que ahora los consumidores también consideran importante que los productos se cultiven de manera sostenible. Con una gran parte de su base de clientes en Escandinavia, el grupo lituano Auga, AB, no sólo cambió a una oferta totalmente ecológica en 2016, sino que también es un productor completo, desde la plantación al estante.

Gediminas Judzentas, dijo que la transición de las hortalizas convencionales a las ecológicas era natural y tenía perfecto sentido; "Somos uno de los productores de alimentos ecológicos más grandes de Europa. Seguimos el principio de ciclo cerrado, nuestras actividades se complementan entre sí. Los cereales ecológicos y las plantas que cultivamos son utilizados para la alimentación del ganado, la paja es utilizada para el compost de champiñones, el estiércol se agrega al compost también, además de fertilizar nuestros cultivos".

En 33.000 hectáreas de tierra, Auga produce trigo ecológico y otros cultivos, incluyendo hortalizas ecológicas y alimento ecológicos para el ganado en sus fincas. Tiene aproximadamente 3.500 vacas lecheras y cultiva 10.000 toneladas de champiñones blancos y marrones, portabello, eryngii, pleurotus y setas shiitake con su propio abono.

Los envases ecológicos y sostenibles también son cada vez más importantes para el sector y los consumidores.

"Trabajamos con nuestros proveedores de materiales, y constantemente buscamos formas de hacer que nuestros envases sean más respetuosos con el medio ambiente. El concepto 'Clean Label' (etiquetado limpio) se está convirtiendo en un estándar global, porque los consumidores quieren información sobre los productos de una manera clara y concisa, y no quieren ser engañados por el marketing", explicó Judzentas.

"Tenemos tres criterios principales en lo que respecta al diseño de envases. Primero, nos mantenemos fieles a nuestro concepto de diseño limpio y minimalista y la idea de una etiqueta limpia, es decir, explicando qué hay dentro y cómo se cultivaron y produjeron los productos. El segundo punto es sobresalir en el estante, buscando formas innovadoras y diferentes. Y por último, pero no menos importante, la sostenibilidad. Por ejemplo, nuestros alimentos y hortalizas ecológicas se envasan en bolsas livianas que requieren menos energía para producirse y transportarse, por lo tanto, generan significativamente menos emisiones de CO2 que las latas o frascos de vidrio del mismo tamaño. Para las categorías donde se usa el envasado de papel, seleccionamos sólo papel certificado FSC, una mezcla de papel reciclado y producido de manera responsable. Las hortalizas frescas se envasan en plástico ligero, lamentablemente no podemos prescindir de él, debido a las regulaciones y condiciones de almacenamiento".