El rajado provocado por la lluvia limita la producción de cerezas dulces en todo el mundo. Con frecuencia, el rajado se evalúa en ensayos de laboratorio, en los que la fruta desprendida del árbol se sumerge en agua. Un equipo de científicos de la Universidad Leibniz de Hannover ha comparado el rajado de la fruta sumergida en agua con el de la fruta que permanece adherida al árbol, pero expuesta a una lluvia simulada, o el de fruta desprendida del árbol colocada en una jaula de alambre entre las copas y expuesta a lluvia simulada. Para el estudio, se determinó la absorción de agua y el rajado en la fruta desprendida del árbol y todavía unida a este.
Los resultados mostraron que las tasas de absorción de agua eran más altas en la fruta desprendida del árbol y sumergida, intermedias en la fruta unida al árbol expuesta a lluvia simulada y menores en la fruta desprendida colocada en una jaula de alambre expuesta a lluvia simulada. El porcentaje de fruta rajada aumentó de forma sigmoidal con el tiempo y la fruta unida al árbol se rajó menos que aquella desprendida y colocada en una jaula.
Cuando el porcentaje de fruta rajada se expresó en función de la cantidad de agua absorbida, reveló que la fruta desprendida y sumergida por lo general requería menor absorción de agua que la unida al árbol o desprendida en jaula de alambre. La fruta unida al árbol se rajaba principalmente por la cavidad del pedicelo, mientras que la fruta desprendida sumergida se rajaba sobre todo en la región estilar. La duración de la humedad fue más larga y mayor la zona mojada en la fruta sumergida, seguida por la fruta expuesta a lluvia simulada, desprendida o adherida, por lo que se puede concluir que el rajado de la cereza dulce está causado por la duración y la humedad de la superficie y no por la absorción de agua.
Fuente: Andreas Winkler, Isabell Blumenberg, Lucas Schürmann, Moritz Knoche, 'Rain cracking in sweet cherries is caused by surface wetness, not by water uptake',
2020, Scientia Horticulturae, vol. 269.