Y es que no está mal recordar que investigadores de la Facultad de Medicina Larner de la Universidad de Vermont descubrieron que el consumo de chiles rojos picantes se asocia con una reducción del 13% en la mortalidad, principalmente en muertes por enfermedades cardíacas o por accidentes cerebrovasculares.
“Desde hace siglos, se pensaba que los pimientos y las especias eran beneficiosos en el tratamiento de enfermedades, pero solo otro estudio, realizado en China y publicado en 2015, había examinado previamente el consumo de chile y su asociación con la mortalidad”, explicaban en su momento los investigadores, que corroboraron este estudio anterior analizando datos de una muestra de 16.000 estadounidenses.
Los expertos especulan que la capsaicina podría contribuir a mejorar la fluidez de la sangre o generar cambios positivos en la flora intestinal. Además, el consumo de chiles extremadamente picantes puede desencadenar la liberación de endorfinas, opiáceos naturales que, como tales, pueden inducir una sensación de felicidad.
Al respecto, el doctor Michael Mosley, participante en una competición de comer chiles picantes, describe cómo su cuerpo liberó adrenalina en respuesta al ardor, lo que podría estar relacionado con la sensación de placer.
Fuente: uvm.edu / elimparcial.com