En cuanto a las clementinas, obviamente predominaron los lotes españoles: volvió a aumentar la presencia de Clemenules, Oronules y Orogros, lo que repercutió negativamente en los precios en algunas zonas. En algunos lugares, la fruta estuvo disponible en calibres más grandes que antes. Los lotes italianos y marroquíes se complementaron con volúmenes muy pequeños, según el BLE. En cuanto a las Satsuma, predominaron las importaciones turcas, que ya estaban disponibles en muchos formatos diferentes. Las entregas españolas fueron más bien escasas y solo podían encontrarse en Hamburgo y Berlín.
En cuanto a las mandarinas, hubo sobre todo envíos sudafricanos, que seguían teniendo suficiente interés en Fráncfort. En Colonia desempeñaron un papel más bien secundario, pues los envíos peruanos se habían retirado casi por completo de la escena. En general, la demanda se suplió sin esfuerzo. Los precios se mantuvieron en su mayoría constantes. Hubo una serie de devoluciones por parte de los retailers de alimentación, lo que, naturalmente, ralentizó la rotación de los productos. Los precios más bajos mejoraron la situación en esos casos.
Naranjas
Un tiempo algo más otoñal mejoró las posibilidades de venta en algunas zonas. Sin embargo, eso no afectó necesariamente a los precios, ya que la disponibilidad también aumentó. En particular, aumentó la presencia de Navelina española. De Italia llegó sobre todo fruta sin tratar.
Limones
Los envíos españoles y turcos se repartieron bastante en el mercado. En Fráncfort también hubo lotes egipcios, que se ofrecieron entre 23 y 24 euros la caja de 15 kg. Allí, al igual que en Múnich, llegaron lotes griegos a bajo precio, así como italianos sin tratar.
Fuente: BLE