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Cuarto año consecutivo de sequía

Prudente optimismo ante la temporada de hortalizas tempranas en Marruecos

El sector marroquí de las hortalizas tempranas parece recuperarse de un periodo de producción difícil. Tras una larga travesía a contracorriente, los productores han conseguido por fin alcanzar un umbral de producción similar al de la temporada anterior, a costa de pérdidas financieras y de un retraso de más de un mes en el lanzamiento de la temporada. Así lo afirma Amine Amanatoullah, productor y exportador de hortalizas tempranas establecido en la región de Sus-Masa.

Un verano largo, caluroso y seco
Marruecos vive su cuarto año consecutivo de sequía. Las reservas de las presas han alcanzado un mínimo crítico, y cada vez hay que cavar más hondo para llegar a la capa freática. Los pozos han alcanzado profundidades de más de 300 metros en la región de Sus-Masa, y excavar un pozo se ha convertido en un riesgo financiero, ya que los productores no están seguros de alcanzar el agua. La planta desalinizadora de agua de mar de Agadir es la única garantía de continuidad de la producción. "El problema del agua preocupa mucho a los productores y limita la superficie disponible para el cultivo de hortalizas", explica Amanatoullah.

A la escasez de agua se unió esta temporada una ola de calor sin precedentes, que elevó la temperatura a un récord de 50,4 grados en Sus-Masa el pasado agosto. Las temperaturas bajo los invernaderos alcanzaron más de 70 grados durante el día y 45 por la noche durante 3 días. "Esto coincidió con el periodo de plantación de varias hortalizas tempranas, como tomates, pimientos y calabacines. La ola de calor abrasó las plantas. Perdimos entre el 22% y el 25% de las plantas de la zona, que hubo que replantar".

Escasez de semillas y preocupaciones fitosanitarias
Las pérdidas de plantas coincidieron con el cambio de los productores a nuevas semillas resistentes a los virus que asolan los cultivos. "La presión sobre los distribuidores de semillas fue abrumadora. Hay que decir que los distribuidores de semillas no mantienen existencias, por razones fiscales que les suponen un inconveniente, y los productores han tenido que esperar mucho tiempo para reponer las plantas quemadas. Algunos incluso han recurrido a la importación de semillas. La reposición de semillas también se ha visto ralentizada por los trámites de importación, ya que la escasez también ha coincidido con el despliegue de estrictas medidas fitosanitarias".

A pesar de la introducción de nuevas semillas resistentes a virus conocidos, la transición no es fácil, añade Amanatoullah. "Las nuevas semillas no son todas perfectas. Seguimos cohabitando con los virus, y la única solución sigue siendo la eliminación de las plantas contaminadas, lo que contribuye a la pérdida de volúmenes". Según declaraciones anteriores, fuentes profesionales estiman que las pérdidas relacionadas con los virus fueron del 15% la pasada temporada.

Comienzo tardío de la temporada
Todos estos factores en la producción retrasaron la fase de desarrollo, pero los productores consiguieron recuperarse, afirma Amanatoullah. "Utilizando sus propios medios para importar semillas, o esperando a que se resolviera la situación, los productores pudieron volver a la normalidad al cabo de un mes más o menos. Ya han empezado las primeras cosechas, y abasteceremos el mercado hasta abril".

El retraso de la temporada se notó especialmente en el mercado local. "En octubre suele haber un excedente de cosecha, ya que las exportaciones comienzan lentamente, lo que reduce los precios de las hortalizas en los mercados mayoristas marroquíes. Este mes de octubre, sin embargo, ha sido testigo de la inflación de los precios de las hortalizas en Marruecos debido a la falta de producto", afirma el productor.

Los productores consiguieron mantener estable la superficie cultivada
¿Acabarán las consecuencias de este verano con el retraso de la temporada? "Nos atrevemos a esperar que sí", expresa Amanatoullah. "Hemos conseguido recuperar las superficies de producción al mismo nivel que la temporada pasada, o incluso con un ligero aumento. El panorama varía de un productor a otro: algunos han reducido su superficie, otros la han aumentado, o han mantenido la misma que la temporada pasada. Además, los grandes grupos han financiado a los pequeños productores para que produzcan determinados cultivos, como el tomate redondo, lo que aumenta la superficie total".

"La decisión del Gobierno de subvencionar la producción de determinadas hortalizas también ha contribuido a mantener una superficie estable", añade el productor. En octubre, el ministro de Agricultura, Mohamed Seddiki, anunció que, por primera vez, el Gobierno subvencionará la producción de tomates, cebollas y patatas en un 50-70% de su valor. Además, el Gobierno movilizará 600.000 toneladas de fertilizantes fosfatados para esta temporada, y subvencionará fertilizantes nitrogenados por valor de 2.200 millones de dírhams (200 millones de euros).

Perspectivas prudentemente optimistas para la temporada
Mantener una superficie estable es sin duda algo bueno para el sector, dadas todas las dificultades de la temporada. Pero sigue habiendo dudas. "El indicador de la superficie no es relevante por sí solo, ya que el problema es más bien técnico que una cuestión de recursos. El rendimiento sigue siendo el parámetro decisivo. A principios de noviembre, ahora que tenemos producción suficiente, aún nos queda camino por recorrer. Hemos aprendido que la superficie y el volumen pueden ser dos cosas muy distintas incluso en el mismo momento de la cosecha".

Las pérdidas relacionadas con los virus siguen siendo la mayor amenaza, ya que reducen el rendimiento en el último momento. Amanatoullah explica: "En la fase de producción, controlamos estrictamente la propagación de plagas aplicando un sistema de cuarentena y utilizando personal limitado, permanente y bien formado. En la cosecha, recurrimos a personal estacional o a terceros, como transportistas, lo que aumenta el riesgo de contaminar los cultivos de una explotación a otra. Por tanto, las pérdidas de volumen pueden ser significativas".

Las posibles restricciones a la exportación también son un factor a tener en cuenta cuando se trata de volúmenes de exportación, y han llevado a algunos productores a reducir su superficie de hortalizas tempranas y reconvertir sus invernaderos a la producción de otros cultivos, como frutos rojos, como ha ocurrido en la región de Sus-Masa. Según Amanatoullah, "no hay que descartar otra restricción de las exportaciones esta temporada, a pesar de las pruebas de que esta medida no fue eficaz la pasada temporada. Los mayores productores de Sus-Masa han mantenido cautelosamente la misma superficie temiendo que se repitan las restricciones".

"Esta temporada no será peor que la anterior"
El productor aboga por soluciones sostenibles, "a favor de los productores y del mercado local". Argumenta: "Vamos por buen camino después de que el Gobierno decidiera subvencionar a los productores, lo que supone un alivio para un sector económicamente frágil. Pero para mantener una producción suficiente y unos precios estables para el mercado local, será necesario aumentar considerablemente la superficie cultivada manteniendo bajo control la amenaza de plagas".

"Lo que necesitamos son semillas realmente resistentes a los virus y grandes superficies que garanticen una producción suficiente para abastecer los mercados local y exterior. Entonces los precios se estabilizarán automáticamente. Por otro lado, seguimos haciendo frente a un entorno difícil y nos las arreglamos para salir adelante lo mejor que podemos, y creo que esta temporada no será peor que la anterior", concluye Amanatoullah.

Para más información:
Amine Amantoullah
Fastexpo
Tel.: +212 661-281321
Email: [email protected]

Fecha de publicación: