Tal y como los representantes del sector de la fruta de hueso transmitieron al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en la reunión mantenida con la directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, para analizar el avance de la campaña 2019 de fruta de verano, los agricultores están teniendo problemas en la comercialización de algunos productos por el exceso de calibres pequeños y medianos, que están afectando a los precios que perciben los agricultores.
“Los precios pueden variar en granel hasta en 12 céntimos, lo que se traduce en ganar o perder dinero”, explica Óscar Moret, responsable del sector de la fruta en la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) en la zona del Bajo Cinca, que añade: “Los precios en ningún caso son para echar cohetes: en caso de que una nectarina, por ejemplo, tenga un buen tamaño y que no se haya visto afectada por los trips (un insecto), que pone la piel del fruto blanca, se pueden alcanzar como máximo los 38 o 40 céntimos el kilo, y los costes de producción se encuentran en torno a los 35 céntimos”. Eso sí, el tamaño no es determinante para el sabor y, por eso, Moret alude a que la causa de esta diferencia tan acuciada de precios (que como anota “se conocerán con mayor exactitud en septiembre cuando se liquiden las cuentas”) se debe a que en esta campaña “hay mucho pequeño y mediano, pero muy poco grande; en cambio, ahora que se va a empezar a recoger variedades de melocotón que son de mayor tamaño quizás lo que se cotice más alto sea lo pequeño”.
Aun así lo que predomina este año son las piezas pequeñas y medianas, como atestigua Alberto Ortego, responsable del sector de la fruta en la UAGA en la zona de Calatayud. “En nuestra zona, el tamaño ya vino determinado por las heladas de marzo y abril, y las altas temperaturas registradas en estas últimas semanas lo han reforzado, de hecho arrancamos sin precio de mercado”. Y es que como añade Moret “la primavera fría junto con las altas temperaturas, que provocan que el árbol ‘se vaya de vacaciones’, han propiciado estos calibres”. A esto se le suma los problemas con la falta de mano de obra, que han provocado que se termine de recoger más tarde que lo deseable. “También hay casos en los que con el objetivo de reducir costes de producción se decide ajustar la plantilla y por eso se finaliza más tarde”, apunta el responsable de fruta de UAGA de la zona de Bajo Cinca.
Fuente: heraldo.es