El deseo de líneas más cortas y de transparencia es posible que esté todavía más vivo en el sector ecológico que en el convencional. Van Woerden Flevo ha pasado varios años aumentando el tamaño de sus actividades y se ha especializado en cultivos como las zanahorias y las patatas de consumo. Este año, la empresa ha dado otro paso drástico, esta vez hacia los compradores. Una nueva nave, unas líneas procesadoras propias y el certificado BRC Food hacen de las líneas cortas hasta los compradores una opción. "El sentimiento de confianza que tenemos con respecto a nuestros productos es manifiesto, pero somos capaces de brindar un servicio todavía mejor al cliente gracias al contacto personal", asegura el propietario Stefan van Woerden, tercera generación de este negocio familiar.
La empresa familiar Van Woerden Flevo hizo el cambio de la producción convencional a la ecológica hace unos 25 años. "Van Woerden Flevo se pasó a la agricultura ecológica en 1994, y así fue pionera en la provincia holandesa de Flevoland. Mi padre se dio cuenta de que era el futuro y, a lo largo de los años, nos convertimos en una empresa agrícola ecológica profesional. Además, aumentamos el número de hectáreas, pero igual de importante fue el desarrollo de conocimientos sobre producción ecológica, el estado del suelo y el entorno. Esto se reflejó en nuestro producto".
Mercado de demanda
Si bien ha crecido el número de productores que han hecho el cambio a la producción ecológica, el mercado de la zanahoria ecológica sigue siendo un mercado de demanda. "La demanda provenía sobre todo del mercado en fresco al principio, pero ahora también llega más del food service y la industria. Debido al incremento de tamaño, hemos logrado satisfacer esa demanda creciente y ahora tenemos en torno a 80 u 85 hectáreas de zanahorias ecológicas. En total, somos un actor bastante considerable en los Países Bajos", explica Stefan. Van Woerden Flevo suministra zanahorias ecológicas todo el año. "Comenzamos a cosechar a principios de julio y servimos zanahorias frescas directamente del campo hasta principios de diciembre. Después, podemos suministrar zanahorias de las cámaras. El año pasado tuvimos un verano seco, pero salimos relativamente bien parados. Flevoland tiene buenas infraestructuras de riego, así que pudimos cultivar un producto de buena calidad también el verano pasado".
Van Woerden Flevo ofrece un producto personalizado a sus compradores, que son procesadores, minoristas y mayoristas. "Tenemos algunos acuerdos contractuales, pero el comercio diario ocupa la mayor cuota. Como vendedor, represento 'el lado comprador de las cosas' porque tenemos producción propia. Sé exactamente de dónde viene el producto y puedo hacer cambios inmediatos en consulta con el comprador. Para centrarnos todavía más en el cliente, queremos seguir expandiéndonos hacia el procesamiento ecológico de zanahorias y patatas", dice Stefan. Una mejora importante es que el tiempo que pasa entre la cosecha y el procesamiento se limita a dos horas, y las zanahorias, si es preciso, se pueden enfriar rápidamente a 4 grados centígrados después de la cosecha. "Cuando empezamos a cosechar a las 5 de la mañana y enseguida descargamos en la estación de lavado, el producto puede estar cargado en el camión para su transporte a las 7. El hidroenfriamiento detiene los procesos botánicos y eso beneficia considerablemente a las zanahorias porque les permite ser transportadas a destinos lejanos como Polonia y el Reino Unido. Las zanahorias se mantienen frescas, así que si hubiese retrasos adicionales en la frontera a causa del brexit, no sería un problema para nuestras zanahorias, siempre y cuando se mantengan a la temperatura adecuada durante el transporte".
Valor añadido
En los últimos años, la empresa ha trabajado con el horizonte puesto en un mayor valor añadido, lo cual se materializó en 2018. En enero de ese año, concluyó la construcción de una nueva nave con unas exclusivas instalaciones para el procesamiento de zanahorias y patatas, y después de una fase de prueba, entró oficialmente en funcionamiento el pasado mes de julio. Se intentó que el diseño fuera lo más práctico posible logísticamente, y las instalaciones de procesamiento y descarga están en espacios separados. Desde la sala de descarga, las zanahorias pasan a la sala de procesamiento a través de una cinta transportadora, por lo que el el producto se mantiene limpio y sin tierra. Desde las salas de procesamiento, las zanahorias, una vez envasadas en sacos grandes, se trasladan de inmediato al departamento de envíos, dotado de muelles de carga. Los espacios de procesamiento y distribución están refrigerados.
En el procesamiento, el hidroenfriamiento, el lavado y el pulido de las zanahorias se utiliza mucha agua. Por tanto, es lógico que una empresa ecológica también tenga en cuenta los aspectos medioambientales. "Utilizamos herramientas ligeras y tecnología inteligente tanto en la producción como en el procesamiento para que los procesos de producción sean lo más sostenibles posibles. Hemos construido un circuito cerrado de agua detrás de la sala de procesamiento para purificar de manera natural nuestra agua. El agua recorre 200 metros de estanques y canales para que se filtre bien. De esta forma, desperdiciamos el mínimo posible de agua", apunta Stefan.
Además de toda la tecnología empleada, al final se trata de organizar todo el proceso y de que sea lo más seguro posible, desde la semilla hasta el producto entregado. Tal vez por eso en Van Woerden Flevo están tan orgullosos de su certificación BRC Food, con la que alcanzaron el nivel más alto posible en septiembre. "Con ella, demostramos que lo tenemos todo en orden y que cumplimos con los más altos estándares en materia de seguridad alimentaria, calidad y legislación, por lo que podemos empezar a proveer inmediatamente a los principales retailers de Europa", finaliza Stefan.
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Van Woerden Flevo
Stefan van Woerden
info@vanwoerdenflevo.nl
www.vanwoerdenflevo.nl