El calor abrasador y las altas temperaturas récord que se han registrado en Hungría durante las dos últimas semanas, justo cuando comenzaba la temporada de sandías locales, han provocado que las sandías maduren antes, lo que ha acortado la temporada de cultivo, pero ha dado como resultado un buen contenido de azúcar y color para los melones húngaros. Desgraciadamente, esto también supone una reducción de los rendimientos esperados.
"Cuando hace 38 ºC durante el día y calor por la noche, el color externo de la sandía no es tan bueno. Los productores europeos tienen una solución para el calor. Utilizan un pulverizador anti-UV efecto sombra, que disminuye la radiación ultravioleta en las sandías actuando como una segunda piel. Las últimas semanas han traído un tiempo extremadamente soleado y cálido, y los últimos 10 días han sido especialmente calurosos, con temperaturas máximas superiores a las óptimas. En la parte sur de la Gran Llanura se han desarrollado condiciones que tienden a una sequía atmosférica, pero en Transdanubia las condiciones meteorológicas se han mantenido cerca de las óptimas, con mucho sol y pocas precipitaciones, y no se ha desarrollado ninguna situación de sequía en la mitad occidental del país", informa László Sándor, consultor de BASF y Nunhems, a la plataforma agrícola húngara FruitVeB, sobre el inesperado desarrollo de la temporada de sandías húngaras que comenzó a finales de junio.
Rendimiento esperado por debajo de la media
"Se espera que los promedios de las cosechas estén ligeramente por debajo de la media, y la superficie de producción en Hungría también ha disminuido: actualmente se puede contar con unas 2.600 hectáreas de sandías y 400 hectáreas de melones, es decir, la superficie total de producción es de unas 3.000 hectáreas este año. Al mismo tiempo, hubo menos zonas que tuvieron que ser replantadas, lo que ya supuso un rendimiento inferior a la media, es decir, las zonas intensivas de alto rendimiento se mantuvieron en producción. Esas condiciones han hecho que la cosecha de este año se sitúe en torno a las 120.000-130.000 toneladas, pero si la sequía continúa, se espera que cosecha esté más cerca de las 120.000 toneladas", afirma Sándor.
Según FruitVeb, las importaciones ejercen presión en el mercado húngaro, ya que se ha iniciado la cosecha en todos los países mediterráneos y en los alrededores de Macedonia, Serbia, Albania, etc. Además, en estos países ha predominado un tiempo cálido, pero hasta ahora no se ha informado sobre un exceso de exportaciones a Hungría. Al mismo tiempo, debido al aumento de los costes del cultivo, se espera un nuevo descenso de la superficie de producción de melones en Europa.
"Nuestras oportunidades de exportación siguen siendo una realidad, nuestros principales destinos son Eslovaquia, la República Checa y Polonia, ya que, debido a nuestra situación geográfica, podemos hacer entregas a esos países con menores costes de transporte. Este año, los costes de los productores han subido entre un 30 y un 35%, por lo que los precios al consumidor deben subir también inevitablemente. Desgraciadamente, a juzgar por la experiencia de varios países, los productores se benefician poco del aumento de los precios al consumidor, aunque son los más afectados por el aumento de los precios de los fertilizantes, el plástico y el combustible", continúa Sándor.
La temporada nacional comenzó a finales de junio, y los camiones más grandes empezaron a aparecer en las cadenas de supermercados a principios de semana. "La cosecha será suficiente para garantizar la oferta de las cadenas de supermercados, lo que significa que este año también podremos comprar un gran número de melones húngaros en las tiendas, no hay que temer una escasez de productos. Por un lado, habrá melones húngaros en las tiendas y, por otro, gracias al abundante sol, la calidad promete ser excelente", concluye el experto.
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Márton Kocsis
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